24 oct. 2025

Faltan medidas integrales para la niñez en situación de pobreza

El gobierno acaba de anunciar como medida de mitigación de la pobreza el aumento del 25% en la transferencia entregada a las familias como bono alimenticio. Los alimentos constituyen el principal componente de la canasta familiar y solo entre 2020 y 2022 estos aumentaron el 25%, según los datos proporcionados por el BCP. Además de esta medida, el gobierno debe garantizar la oferta de servicios de salud y educación de calidad para que el programa cumpla con su objetivo de romper con la transmisión intergeneracional de la pobreza.

La medida anunciada recupera en parte la capacidad adquisitiva de la transferencia de Tekoporã, ya que esta viene sin ser actualizada desde hace varios años. El aumento significará entre G. 50.000 y G. 100.000 por mes a cada familia dependiendo del número de hijos, cifra baja para el costo de una canasta de alimentos que tenga mínimos criterios de calidad. No obstante, es un alivio parcial para la crítica situación que viene afectando a todos los hogares paraguayos y especialmente a los niños, niñas y adolescentes que se agudizó desde hace casi una década.

La actualización del monto subsana una situación pasada. Además de esta medida, el gobierno debe mostrar su compromiso con la niñez y adolescencia con medidas que miren al futuro, asegurando el cumplimiento del Estado en la oferta de servicios de salud y educación de calidad, tal como lo establece el programa.

Tekoporã no tiene como objetivo reducir la pobreza monetaria. De hecho, el monto de transferencia que entrega no cubre la línea de pobreza, por lo tanto, solo en los casos de los hogares muy cerca de la misma tiene este efecto.

El objetivo del programa es que la niñez y adolescencia que se encuentran dentro del plan permanezcan en la escuela y se acerquen a los establecimientos de salud cuando requieran consultas o sea el momento de la vacunación. Las evaluaciones de impacto internacionales muestran que el programa está logrando ese objetivo, incluso contribuye a reducir la mortalidad materna, puesto que ayuda a que las madres embarazadas asistan a sus controles prenatales.

El logro de estos objetivos depende del compromiso de las familias, pero más del gobierno que debe ofrecer esos servicios ya que el derecho a la educación y a la salud están establecidos en la Constitución y su gratuidad en numerosas leyes.

La calidad es un imperativo que se agrega a la necesidad de cobertura universal. Abrir escuelas y establecimientos de salud sin que cuenten con los insumos necesarios no ayuda a que las familias, especialmente, las madres cumplan con su compromiso.

El gasto de bolsillo en educación y salud es relativamente elevado, más aún para las familias en situación de pobreza. La transferencia de Tekoporã debe cubrir una parte del mismo ya que ninguno de estos servicios es gratuito –tal como prescribe la ley–, a lo que se agregan los costos y la mala calidad del transporte público.

La oferta de servicios públicos debe ser integral. Las escuelas deben contar con desayuno y almuerzo escolar, útiles y la atención sanitaria con medicamentos e insumos, todos estos requisitos mínimos para que la pobreza afecte lo menos posible a la niñez y adolescencia.

En la actualidad, aproximadamente 850.000 niños, niñas y adolescentes se encuentran en situación de pobreza, casi un tercio en pobreza extrema, es decir, pasan hambre. Los datos de pobreza monetaria son consistentes, con otros de inseguridad alimentaria. Por lo que debe preocupar no solo al gobierno, sino a la sociedad entera cómo estamos tratando a la infancia. El aumento del 25% en la transferencia entregada a las familias como bono alimenticio es una importante medida, pero además, el Gobierno debe hacer funcionar el sistema de protección social, esto debe estar entre las prioridades para mejorar la vida de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país.

El programa Tekoporã es parte del Sistema de Protección Social Vamos. Es urgente que el gobierno, adicionalmente a actualizar el monto de la transferencia, haga funcionar el mismo de manera plena e integral y garantice los derechos y la calidad de vida de la niñez paraguaya.