La puja por 100 MW medios de la Central Hidroeléctrica Acaray oscila entre USD 7,73 y 21,03 MWh, por periodos de uno a seis años, y el promedio de las siete propuestas es de USD 11,22 MWh. “La ANDE debe analizar detenidamente las ofertas y llevar en cuenta sus costos marginales de generación que son, en este momento, más elevados que sus costos medios de generación”, explicó Oxilia Dávalos.
El ex secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) añadió que un resultado importante es el conocimiento de los precios reales que el mercado eléctrico brasileño está dispuesto a pagar por energía firme (no por energía de emergencia o temporal, como en otros casos de transacciones con Argentina y Uruguay), por un periodo de 6 años.
“De ello se desprende una conclusión bastante interesante al tener en cuenta las últimas negociaciones sobre la tarifa de IB y el precio final de la energía firme paraguaya cedida a Brasil (cerca de USD 50 MWh). Salta a la vista que el precio logrado supera ampliamente a cualquier oferta del mercado brasileño: 5 veces mayor al promedio de ofertas (excluyendo la oferta mayor, la cual también es superada en 2,5 veces por el precio de la energía firme de Itaipú). Es decir, estas últimas negociaciones realmente fueron muy favorables para Paraguay. Me refiero a las negociaciones sobre Itaipú que culminaron en mayo”, contó el experto.
“También se puede inferir, aunque los precios de mercado son cambiantes, que las negociaciones sobre precios de la energía excedente de Paraguay en Itaipú desde el año 2027 van a ser muy duras y difíciles. Esto si se sigue adelante con la idea (defendida por profesionales, empresarios y políticos paraguayos) de vender toda esta energía excedente de manera directa en el mercado eléctrico brasileño o para el mercado eléctrico brasileño. Se asumirían riesgos que aún no están del todo cuantificados”, reflexionó el profesional.
Oxilia Dávalos subrayó que la energía de Acaray es una energía muy “valiosa” para la ANDE, puesto que su bajo costo unitario de generación colabora para que los costos medios de generación sean relativamente bajos. “Substituir esa energía por la de Itaipú o Yacyretá (siempre como energía firme) le saldría a la ANDE mucho más caro. Por eso, el análisis de la ANDE sobre estas ofertas debe ser cuidadoso”, indicó.