Al doctor Raúl Ramírez Nizza (55) le diagnosticaron el coronavirus (Covid-19) el pasado 10 de marzo. Tras semanas de internación, logró superar la etapa crítica de la enfermedad. Hoy es uno de los 30 recuperados de coronavirus en el país. Tuvo el alta médica el 20 de marzo.
Era el 28 de febrero y los síntomas apuntaban a un caso probable de dengue, pero una molestia en la garganta hizo dudar el diagnóstico de arbovirus. A días de la aparición de los síntomas, una radiografía reveló una manifestación en los pulmones, que dio paso a la realización del test que arrojó un resultado positivo.
PROCESO
En marzo, el doctor Ramírez se convirtió en uno de los primeros contagiados por coronavirus en el país. Se presume que el contagio fue al tener contacto con un paciente durante una atención en su consultorio. El primer caso se confirmó el 7 de marzo.
“La imagen de la radiografía no era muy alentadora. Uno no sabe qué hacer. Sobre este tema se está escribiendo todos los días algo. Realmente, el impacto que hizo en mí fue como en cualquier otra enfermedad grave. Aparece el miedo, pero como en cualquier afección grave”.
EXPERIENCIA
La soledad a flor de piel. “La experiencia de por sí, se sabe que es muy dura porque es un aislamiento total. Uno está solo, y solo por mucho tiempo”.
El médico estuvo internado y aislado durante 10 días, pero con un celular que le permitió mantenerse en contacto con su familia a través de WhatsApp y llamadas telefónicas. Durante su internación, solo veía a los médicos tratantes y las limpiadoras.
“Fue estresante. Fue una experiencia bastante fuerte”, comentó en Radio Monumental. El médico Ramírez señaló que leer salmos le permitió mantener la fe para superar la enfermedad.
“Algo que a mí me sostuvo fue orar. A la noche ponía la música de alabanza, leía los salmos. A mí lo que me sostuvo mucho fue la contención espiritual, dentro de la ansiedad y la soledad que uno puede sentir”.
El doctor estuvo internado desde el pasado 8 de marzo en el Centro Médico Bautista, pero no llegó a ingresar a la unidad de terapia intensiva.
El cambio en el gusto, fiebre y molestia respiratoria fueron los síntomas recurrentes. “Una evolución no muy clara de lo que le estaba pasando”, fue lo que llamó la atención para apuntar que era el coronavirus.
El sabor amargo que sentía en la boca al consumir los alimentos; una de las descripciones científicas sobre cómo afecta el coronavirus, otro de los signos que fue abriendo paso a una sospecha hacia el Covid-19.
La familia ingresó en cuarentena tras la confirmación. Su esposa dio positivo, pero la enfermedad se le presentó de manera leve.
La imagen de la radiografía no era muy alentadora. Uno no sabe qué hacer. Sobre este tema se está escribiendo todos los días algo.
El impacto que hizo en mí fue como cualquier otra enfermedad grave. Aparece el miedo, pero como en cualquier afección grave.