Apenas llegó a la presidencia, el Gobierno de Macri impulsó despidos en la plantilla de empleados públicos y abrió una polémica por referirse a los ñoquis, término despectivo en Argentina que designa a funcionarios públicos, que prácticamente solo van a cobrar el sueldo.
El argumento fue que en su mayoría eran personas que habían accedido a esos empleos por militancia política.
Pero, según un relevamiento de la Fundación Libertad y Progreso que cita el diario La Nación, el Gobierno cambió ñoquis por ravioles dentro de la estructura del Estado, donde el número de empleados creció 25% en menos de un año y medio.
Hasta abril de 2016 el Gobierno despidió a unos 11.000 empleados públicos, admitió el Ministerio de Modernización, una de las nuevas carteras creadas por el Gobierno.
“Esos despidos en el sector público tuvieron que ver con contrataciones masivas hechas por el anterior gobierno y era una tarea pendiente”, justificaba por entonces el secretario de Trabajo, Alejandro Sabor, para quien el Estado había actuado como “barrera de contención del desempleo”.
El objetivo, según se explicó desde el Gobierno, era depurar oficinas públicas de empleados fantasmas y ajustar el presupuesto para reducir el abultado déficit fiscal. Contrariamente a lo anunciado, la nómina de empleados públicos no ha dejado de subir desde entonces.
La ex presidenta Cristina Kirchner, que asumió en 2007 con 10 ministerios, dejó el gobierno en 2015, con 16.
Macri creó cinco nuevos ministerios, elevó de 70 a 87 las secretarías y las subsecretarías de 169 a 207. A ello se suma una estructura de direcciones, institutos y organismos estatales que llevan la cuenta a 1.124 unidades administrativas jerárquicas dentro del Estado, cita La Nación. AFP
