El partido solidario de Vladimir

Marín es un batallador del fútbol que vino desde bien abajo. Para él es un juego y un modo de vida que ama. Hoy, con cuarenta y un años, las ciegas maquinaciones del destino lo ubicaron, a él y a su pareja, en un grave accidente en rutas paraguayas: una falla mecánica de un automóvil conducido por otra persona, hizo que se saliera del trayecto entre Acahay y Ybycuí, chocara contra un árbol y diera luego varias vueltas. Sin embargo, tozudo el ex jugador de Libertad, Olimpia y las selecciones colombianas, salió vivo del desastre y conversa telefónicamente con ÚH sobre aquel momento que, asegura, le cambió la manera de mirar la vida.

“Un accidente difícil”, describe Vladimir el suyo, como si pensara siempre en términos futbolísticos. “Uno con suerte, porque de otra forma no estaría contando el cuento. Estoy muy contento de poder revivir. Sé que salí vivo de haber jugado un partido importante”, completa con el símil futbolero.

Aunque al hombre de la recordada zurda no le parece comparable un partido de fútbol con salvarse de la muerte.

“Las sensaciones que te da el fútbol son únicas, de felicidad, de hacer un gol, de campeonatos, de jugar en la selección, de disputar instancias finales de Copa Libertadores. Las del accidente son sensaciones de tristeza, las de las malas noticias”, afirma. “Hay que saber tomarlo de la mejor manera, pensar mucho y valorar la vida”.

Mejor persona. El cinco veces campeón del fútbol paraguayo debe someterse a una necesaria operación de reconstrucción de una parte del cráneo y el cuello. Desde Colombia, el respetado cirujano reconstructivo Javier Soto se puso a disposición del futbolista: “Estamos dispuestos a ayudar y a cubrir todos los costos de la cirugía de Vladimir”, aseguró. Entrevistado por un medio radial de Medellín, Marín agradeció el gesto desde Paraguay. “Lo del sorteo espero que sirva para poder viajar”, se sinceró.

Marín se refería a la rifa a beneficio de camisetas oficiales donadas por colegas y amigos. El mundillo del fútbol muestra su solidaridad así, en un año difícil. “Fue fantástica la ayuda. Aprovecho la oportunidad para agradecer a Karol López, mi pareja; a mi suegro, a mis hijos, a Julio César Cáceres y otros más, ellos son quienes sostienen (el sorteo)”, que ofrece remeras de Paulo Da Silva, Sergio Otálvaro, Juan Manuel Salgueiro, Nelson Haedo Valdez, Alejandro Silva, entre otras que siguen llegando, más diversos premios.

—¿La solidaridad te une más a este país?

—Independientemente a lo del accidente y la solidaridad, amo a este país. Es el que me abrió las puertas para hacerme mejor persona, mejor jugador. Le tengo un incomparable cariño.

Marín estaba formando su escuelita de fútbol, cuando la pandemia retrasó el proyecto y ahora tampoco tiene trabajo, como muchos paraguayos e inmigrantes, entre ellos futbolistas de las divisiones que retomaron competencia. La crisis económica es una realidad en el mundo del fútbol, más allá de la pequeña élite de doce clubes. Sin embargo, Marín confía en las personas. “Estoy agradecido al pueblo paraguayo, Dios les bendiga”, finaliza.