02 jun. 2024

“El Paraguay creció en su economía, pero no evolucionaron sus instituciones”

El economista refiere que las instituciones estatales deben librarse de la captura del sector privado para poder diseñar e implementar políticas públicas que ataquen el desempleo, la pobreza y la desigualdad.

Libro. Manuel Caballero es coautor del libro Crecimiento y desarrollo económico en Paraguay, publicado por Cadep.

Libro. Manuel Caballero es coautor del libro Crecimiento y desarrollo económico en Paraguay, publicado por Cadep.

En su carácter de investigador, Manuel Caballero, ex viceministro de Economía, explica en esta entrevista algunos hallazgos y reflexiones documentadas en el libro Crecimiento y desarrollo económico en Paraguay. Balance y propuestas para una economía sostenible e inclusiva, a través del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).

–¿Cuáles son las principales características de los periodos analizados en el libro?

–Cada ciclo dura en torno a 20 años. En el primer ciclo vemos un crecimiento rápido, impulsado sobre todo por la agricultura, con la colonización de tierras fértiles hacia el Este. Al mismo tiempo empezó a desarrollarse el algodón, se probó el trigo y también la soja, que se arraigó rápido y empezó a crecer. Además se suma el boom de Itaipú, que para la economía significó mucho en su momento. En torno a los años 80 se hablaba del pleno empleo, todo eso llega abruptamente a su fin porque termina la construcción civil, los precios internacionales del algodón y la soja caen, hay sequía e inundación. Eso luego hundió prácticamente a la economía. En el segundo ciclo se notan las inversiones que se hacen en el sector público, pero no logran compensar la caída del PIB y resolver el problema del empleo, y terminan endeudando al país muchísimo. El desempleo se duplica y eso en una economía informal es tremendo.

–El tercer ciclo coincide con el rol que desempeñó como viceministro de Economía. ¿Qué hizo el Gobierno para enfrentar los problemas del anterior periodo?

–Está obligado a hacer algo porque está en una cesación parcial de pagos y está con un problema de liquidez financiera, si no hace algo, no hay forma de que pueda salir. Hubo negociación con el Fondo Monetario Internacional, con acreedores, reforma tributaria y reforma de la Caja Fiscal, porque había que atacar gastos, ingresos y endeudamiento. En el 2008, cuando viene la crisis global, por primera vez Paraguay puede hacer una política contracíclica sin mucho riesgo. Además se empezó a notar el superciclo de la materia prima, que de alguna manera termina en el 2015.

–¿Qué tienen en común los tres ciclos analizados?

–La poca diversificación de la matriz productiva. Siempre son dos productos agrícolas los que están en juego durante los tres ciclos, entonces eso nos hace más vulnerables, también la gestión del patrimonio natural, por la desaparición de bosques. En los tres ciclos se destaca la agricultura; nosotros decimos que, en ese sentido, no se internalizan los costos ambientales, entonces la explotación de una determinada industria, del sector agropecuario, lo que hace le transfiere a la sociedad.

–¿Cómo se debe afrontar esa problemática?

–Nos pareció más apropiada la forma impositiva, porque lo que proponemos es que parte de esas utilidades van a hacer que internalicen los costos ambientales y que eso se pueda invertir en las comunidades rurales, en la gente.

–El libro menciona momentos de auge económico, pero sin mayores avances respecto a la pobreza, desempleo y desigualdad. ¿Cómo se explica este fenómeno?

–Sí, hay un cierto vínculo entre crecimiento económico y la disminución de la pobreza, eso se nota, pero no es suficiente. Paraguay, por sus características, por su economía poco diversificada, no puede sostener un crecimiento económico. Nosotros analizamos el impacto de lo que pasó económicamente y de lo que hicieron las instituciones en sus políticas, vimos que el Paraguay creció en su economía, pero no evolucionaron sus instituciones. Podemos tener los mejores planes de desarrollo económico, pero si no atacamos nuestras debilidades institucionales, no vamos a poder llevar a la práctica.

–¿Por qué considera que el país aún no pudo superar la debilidad institucional?

–Yo creo que nos pesa la historia. Paraguay es un país que desde su independencia tuvo gobiernos paternalistas, los periodos democráticos fueron fugaces y marcados por conflictos internacionales, guerras civiles, después tuvimos un partido hegemónico y una dictadura dentro de eso. Esa dictadura yo pienso que consolidó este esquema y después la democracia no pudo construir instituciones o a las instituciones que construyó les faltan fuerzas. Vemos un fenómeno de captura institucional por parte del sector privado. En ese sentido, no podés ser juez y parte en muchas de las decisiones de la política económica; entonces, quién toma las decisiones cuando el consejo está conformado por el sector público y el privado.

–¿Dónde observa esa debilidad y captura institucional?

–Por ejemplo, el MIC (Ministerio de Industria y Comercio) dejó de ser rector de la política industrial, llegó a tener planes, pero desde los 90 se concentró en la administración de las empresas públicas. Por su parte, el MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería) tenía una estructura en los años 80, más técnica que administrativa, y hoy tiene más administrativa que técnica, y ves que falta una masa crítica de técnicos. Necesitamos que sea más independiente, que no sea capturado por sectores privados, ya sean empresariales, políticos o sindicales, para que puedan diseñar políticas e implementarlas.

–¿Cómo ve la situación económica actual del país?

–Nosotros lo que estamos diciendo es que terminó un ciclo, esto está claro con la caída de la economía y la pandemia. Pero llegamos a la conclusión de que de alguna manera nos golpea las debilidades que teníamos y que lo que nosotros pensamos de cómo enfocar nuestro desarrollo acelera la urgencia probablemente. Nosotros somos productores de alimentos y lo vamos a seguir siendo, alimentos van a seguir siendo demandados, tenemos todavía energía, pero cómo podemos transformar eso en productividad, valor agregado y que beneficie a todos en un marco de cooperación Estado -Mercado.


Biografía
Manuel Caballero se desempeñó como asesor del ex ministro de Hacienda Dionisio Borda, y bajo su administración luego asumió como viceministro de Economía. Tiene una maestría en Economía por la University at Buffalo, Estados Unidos. Actualmente es miembro asociado del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).

Podemos tener los mejores planes de desarrollo económico, pero si no atacamos nuestras debilidades institucionales, no vamos a poder llevar a la práctica.


Vemos un fenómeno de captura institucional por parte del sector privado. En ese sentido, no podés ser juez y parte en muchas de las decisiones de la política económica.

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