“Lo que estamos haciendo, lo que los militares, el Ejército en particular está haciendo ahora, no es un ataque contra la democracia”, dijo Weerachon en una entrevista con la cadena australiana ABC divulgada hoy.
“La acción del Ejército es preservar, su cometido es preservar la democracia y destruir la dictadura del Parlamento corrupto”, agregó el portavoz militar.
No obstante, precisó que el jefe del Ejército y líder de la junta militar, Prayuth Chan-ocha, no tiene una fecha para la celebración de elecciones.
“No tenemos definido el tiempo y la duración”, apostilló.
Los militares han anunciado un proceso de reformas, aunque no han precisado en qué consistirán ni el plazo de tiempo.
Por otro lado, el militar justificó la detención de manifestantes, periodistas y activistas porque, a su parecer, los “insultos” o la “crítica” perjudica el trabajo de la junta y fomenta el conflicto.
Weerachon afirmó que el Ejército “respeta a la prensa extranjera” y que los corresponsales no tienen por qué sentirse amenazados en el actual régimen militar.
El lunes un soldado dirigió mensajes sarcásticos y hasta insultantes contra los corresponsales extranjeros a través de un megáfono y altavoces en una protesta contra la asonada en el monumento a la Victoria.
“Mirad a los periodistas en frente de vosotros, son extranjeros que cobrarán su dinero y luego se marcharán”, exclamó un uniformado.
“Ahora hay más periodistas que manifestantes. Por favor, váyanse. Nos vemos mañana”, agregó el soldado cuando los cientos de activistas que se habían congregado empezaban a dispersarse antes del toque de queda.
El pasado 22 de mayo, el general Prayuth Chan-ocha asumió el control del país en un golpe de Estado y a continuación decretó el toque de queda, prohibió las reuniones públicas y suspendió la Constitución, además de aplicar la censura en los medios de comunicación.
Chan-ocha justificó la asonada para evitar una escalada de violencia entre los detractores y los seguidores del Gobierno interino, tras más de siete de protestas antigubernamentales en las que murieron 28 personas y más de 700 resultaron heridas.
La crisis de Tailandia se remonta a la asonada de 2006 contra el primer ministro Thaksin Shinawatra, quien vive en el exilio para evitar una condena de dos años de prisión por corrupción que le impuso un tribunal en rebeldía.
Desde el fin de la monarquía absolutista en 1932, el país ha vivido 19 pronunciamientos militares, de los que 12 tuvieron éxito, incluido el del pasado jueves.