07 sept. 2024

El dinero narco en la política es un peligro para el Paraguay

No se trata de una novedad. La irrupción del dinero del narcotráfico en la política paraguaya se inició en forma lenta y sostenida, hasta alcanzar el escandaloso nivel de normalidad de la que goza actualmente. Estos casi ilimitados recursos pueden comprar candidaturas, curules en el Parlamento Nacional, financiar candidaturas y sobre todo, ganar una marcada influencia en las decisiones políticas. La realidad muestra cada día la cara más cruel de esta asociación: la impunidad total respecto a la violencia que esparcen por el país, en su arrogancia por el poder que les brinda la protección de los elementos corruptos del Estado. El dinero narco no solo influye en la política sino que toma de rehén a la ciudadanía, que termina siendo apenas un daño colateral. Seguir permitiendo esta nefasta injerencia solamente socavará aun más los ideales democráticos.

Una de las puertas de entrada del dinero y la influencia narco a la política paraguaya ha sido, sin lugar a dudas, el Partido Colorado.

Ningún partido político se libra de tener conexiones con la narcopolítica, dice un referente colorado en el Parlamento, el diputado cartista Basilio Núñez. Sin embargo, lo que el representante no considera es que la ANR ha sido, el principal canal para su ingreso, así como tampoco este partido, la Asociación Nacional Republicana (ANR), nunca hizo el mínimo esfuerzo o tomó medida alguna para depurar sus filas de esta influencia. Ejemplos relevantes hay varios.

El diputado colorado Ulises Quintana es un claro ejemplo. A pesar de haber sido acusado de estar financiado por el líder narco Cucho Cabaña, quien guarda reclusión mientras afronta un proceso penal, Quintana integró primero el movimiento oficialista Colorado Añetete, para después pasar al cartismo.

Otro de los caso que se puede mencionar es el del líder de Honor Colorado, el expresidente de la República, Horacio Cartes, de quien se sabe, tuvo negocios a través del Banco Amambay (hoy Basa) con el jefe del crimen organizado en Brasil, Fahd Jamil Georges, conocido como el padrino o rey de la frontera, quien fuera durante años uno de los hombres más buscados por la Justicia del Brasil. Fahd Jamil, al momento en que se dio por detenido en el estado de Campo Grande Do Sul, contaba con al menos 16 órdenes de captura en el Brasil por varios crímenes, tráfico de armas y otros. Asimismo se lo vinculaba con un esquema de homicidios por encargo.

Actualmente, Horacio Cartes es el centro de atención, después de las denuncias realizadas por el Ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio sobre un esquema de tráfico de cigarrillos y lavado de dinero. Frente a la comisión bicameral del Congreso, el ministro reveló recientemente que la ruta del contrabando de cigarrillo es compartida con el PCC, PCU y la mafia Rosarina.

Chicharõ y Tarragó son otros nombres relevantes en este proceso. En el caso de Rubén Chicharõ Sánchez, ex político de Capitán Bado, acusado por la Justicia por narcotráfico, llegó a tener una reunión con Cartes en la residencia presidencial. En cuanto a la ex diputada de Honor Colorado Cynthia Tarragó, esta fue detenida por el FBI en los Estados Unidos en el año 2020 cuando junto con su esposo, Raymon Va, fueron acusados de blanquear dinero, ofrecido por agentes encubiertos del FBI, presentados como narcotraficantes.

A la lista de narcos con conexión con el Partido Colorado se suma otro ex diputado cartista, Marcial Lezcano, quien había sido señalado por el ministro del Interior Arnaldo Giuzzio, cuando este era senador en 2014, como uno de los narcopolíticos identificados en una lista que incluyó al actual diputado de Colorado Añetete Freddy D’Ecclesiis y al ex diputado cartista Bernardo Villalba, actual abogado de Hugo Javier González, gobernador de Central, actualmente investigado por presuntas obras fantasmas y uso de facturas falsas.

El país no puede seguir permitiendo esta nefasta injerencia, que no solo socava los ideales democráticos, sino que influye en la política y pone en riesgo la institucionalidad de la República, tomando de rehén a la ciudadanía.

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