En marzo de 2018 fue inaugurado el barrio modelo San Francisco, en Zeballos Cué, Asunción, pensado como un modelo de vecindad ideal. Su nombre fue en homenaje al papa Francisco.
Sin embargo, el consumo de drogas no tardó en instalar un conflicto social en el lugar con el aumento de la inseguridad y las disputas violentas por el dominio territorial.
Años atrás, el barrio San Francisco era un proyecto de modelo a seguir para una vecindad ideal, pero con el pasar del tiempo se volvió en una zona roja, donde día a día hay hechos de inseguridad.
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Para el comisario Juan Escurra, encargado de velar por la seguridad en la zona, los grupos criminales como el Clan Rotela o el Primer Comando Capital (PCC) buscan “reclutar” a niños y adolescentes para iniciarlos en el camino de la delincuencia.
“Lamentablemente, subió la cantidad de menores infractores reclutados por grupos delictivos que aprovechan esta situación para hacerse valer por su carácter judicial de ser de menor edad”, explicó en comunicación con radio Monumental 1080 AM.
El jefe policial sostuvo que está garantizada la presencia de los efectivos del orden en la zona, afirmando que realizan patrullas diarias, apoyados por agentes del Grupo Lince y de otras dependencias.
Con el Jesús en la boca
“Acá vivimos con el Jesús en la boca, la mayoría somos ciudadanos de bien, pero hay mucha inseguridad”, manifestó a NPY, Celeste Amarilla, antigua vecina y una de las referentes del lugar.
El crimen de un trabajador ocurrido el pasado jueves puso al barrio en el centro de la opinión pública. El autor, según la Policía, es un adolescente de 16 años criado en el barrio.
“Al supuesto autor lo conocimos desde niño. Como mamá teníamos lástima, porque dejó la escuela para poder vivir esta vida (delincuencial)”, recalcó.
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Amarilla aseguró que los grupos criminales reclutan a niños, les enseñan a usar armas e inclusos los adiestran para el tráfico de drogas.
“Todo el mundo sabe lo que está pasando, pero estamos atados a pie y manos”, lamentó.
La inseguridad que se vive en el barrio, hace que trabajadores de plataformas y de otros servicios no quieran ingresar en la zona. Los vecinos deben salir a dos cuadras del barrio para ser atendidos.
Los pobladores hicieron un llamado a las autoridades para que aumenten la presencia en el barrio para evitar casos trágicos como el del jueves.
“Esto va a ser tierra de nadie si no se toman acciones por parte del Estado”, concluyó Celeste Amarilla.