CAACUPÉ
El obispo de Cordillera, que por espacio de 22 años (el 9 de julio venidero se cumplirá dicha cantidad de años) estuvo al frente de la diócesis de Caacupé, monseñor Claudio Giménez, se despide hoy, y aún no tiene definido qué hacer.
“La posibilidad más cierta es que hace mucho tiempo los padres de Schoenstatt, comunidad a la cual yo pertenezco, me vienen invitando para que yo vuelva a Tuparendá, en Ypacaraí, Pues ahí se está preparando una casa sacerdotal donde van a vivir ellos y habrá algún lugar para mí también”, comentó el religioso, al tiempo de mencionar que esa es la opción A.
“La posibilidad B es que existen necesidades concretas dentro de la arquidiócesis, el señor nuncio me ha planteado la posibilidad de que yo pueda estar ayudando al arzobispo, con quien ya hemos conversado muy brevemente. En estos días, o en la próxima semana estaremos conversando a fondo al respecto”, refirió.
Recordó que al frente de la diócesis de Caacupé, por más de dos décadas, recorrió las diversas comunidades, barrios y compañías, capillas, oratorios, iglesias de la jurisdicción departamental; y lo que más le llamó la atención es el clero cordillerano. “Es un grupo muy bueno. Pienso que hay que saber valorar lo que tenemos acá, los sacerdotes trabajan, cumplen y se dedican plenamente a sus respectivas parroquias”, resaltó Giménez, que nació en Puerto Pinazco.
De la feligresía también lleva buenos recuerdos, “yo he sentido de parte de la gente mucho respecto, y comentarios favorables a las prédicas que he hecho desde el púlpito mariano de Caacupé durante todo este tiempo. Ahora, también les he pedido de tanto en tanto a mis sacerdotes, que me dijeran y me guiaran para la obtención de una buena pieza oratoria”, enfatizó el monseñor saliente.