Leonarda de Chamorro (77) y María Felicia Chamorro (55) son madre e hija que enfrentaron pruebas similares: Ambas padecieron el cáncer de mama, enfermedad a la que dieron y siguen dando pelea con mucha valentía y fortaleza. Ambas son sobrevivientes y hablan de la importancia del apoyo durante el tratamiento y destacan un factor fundamental, el de la prevención.
A María Felicia le diagnosticaron el mal hace ocho años, luego de los estudios que se realizó tras una palpación durante un baño. “Un día, cuando me estaba bañando, sentí algo. Entonces, me decía: Esto tengo que comentarle a mamá. Me dice mi mamá: ¡Esto no puede ser! La llamamos a una prima, que es doctora, que nos dijo que urgente tenía que hacerme la mamografía y la ecografía y así lo hicimos”, rememora Felicia.
El resultado de los estudios confirmó lo que temían y desde ahí el camino de María y su familia no fue fácil. “Fue en grado III. El cáncer se encapsuló en el lado izquierdo de la mama. Me hice 12 quimioterapias y 25 sesiones de radioterapia. Fue un poco difícil el tratamiento de quimioterapia porque vomitaba mucho. Esa era mi reacción”, contó.
La mujer temía a la cirugía, pero salió victoriosa, “siempre pensé que cuando uno va a cirugía ya muere. Tuve miedo. Una amiga me decía, pero si vas a vivir”, relató.
Finalmente, se sometió a una mastectomía y enfrentó el flagelo con optimismo. “Yo me decía: ‘Tengo que luchar, yo tengo que salir de esta porque lo más lindo es vivir’. La fuerza encontré en mi fe; en la Virgen María porque soy creyente y en mi familia”, mencionó.
Menciona que un pilar fundamental para sobrellevar fue el apoyo de su familia y amigos. “Mis amigos me ayudaron mucho. Mis compañeros de trabajo, mis vecinos, de la parroquia”.
Otro golpe
Cuando María superó la fase crítica, la enfermedad volvió a tocar las puertas de su familia cuando le diagnosticaron la misma enfermedad a su mamá, doña Leonarda.
“A mi mamá le diagnosticaron cáncer en plena pandemia (2020). Primero yo, después ella. Un día me acompañó al Incán, no me dijo lo que tenía. Y aprovechó para consultar en urgencias”, mencionó.
El diagnóstico que le dieron fue cáncer de mama con estadio II.
“Cuando me diagnosticaron yo me reía y el doctor me decía: ‘Yo te estoy diciendo que tenés cáncer y vos te reís’. Le dije es que doctor ya estoy inmunizada”, recordó Leonarda.
El 2021 fue sometida a una cirugía, luego como prevención se realizó cuatro quimioterapias y 16 radioterapias.
“Me hicieron la cirugía para matar todo lo que quedaba, dijeron”, relató la madre de María.
La mujer menciona que con todo lo que aprendió a cuestas de la enfermedad de su hija la llenó de confianza. “Sabía que iba a salir”, dijo con orgullo.
Y así, tras enfrentar a la enfermedad, hoy madre e hija festejan que lograron sobrellevar juntas. Son dos generaciones que sobreviven al cáncer de mama gracias a los avances que se dieron en estos últimos años en diagnóstico y tratamiento.
Ambas se someten a controles, María de forma anual y Leonarda cada cuatro meses.
“Yo ya pasé por todo y sigo con el control médico. Estoy bien, solo estoy con controles. Cada vez que voy al control”, mencionó María.