09 jun. 2025

Divorcios litigiosos

Ya no existen presidentes, con mayúsculas. Solo existen vendedores. Así exponía hace pocos meses, en esta misma columna, mis impresiones sobre la degeneración de la política como la principal actividad privada con fines de lucro, en el Paraguay, en primer lugar, y en el mundo todo, en segundo lugar.

El escandaloso lavado de ropas sucias, en público, por parte de Donald Trump y Elon Musk, es un ejemplo que desnuda el fenómeno. La pelea entre ambos comenzó y avanzó desde que Musk acusó a Trump de llevar al país a un déficit fiscal exagerado, y de ser un pedófilo, exhibiendo videos antiguos de fiestas con el caficho Jeffrey Epstein, rodeado de chiquilinas.

Los republicanos están en el medio, como aquellos hijos anonadados, viendo cómo papá y mamá se pelean, no queriendo que se separen. Como siempre acontece en los divorcios, y en las peleas políticas posmodernas, Trump y Elon son como una especie de niños malcriados, con traumas y desequilibrios porque, posiblemente, fueron criados y vivieron en ambientes también desequilibrados y en un entorno de corrupción. Particularmente, creo que no hay adultos maduros en la mayoría de la clase política actual, estadounidense y paraguaya, tal como veremos más adelante.

El fin de la luna de miel entre uno de los más ricos del mundo y el presidente de la nación más poderosa del planeta se está convirtiendo ya en un divorcio litigioso. Musk comenzó diciendo que ya no aguantaba más criticando ácidamente el proyecto de la Ley Grande y Bonita que iba a llevar a los Estados Unidos a una catástrofe. A los pocos, desde la semana pasada, Musk fue elevando el tono de las críticas. En primer lugar, dijo que él fue fundamental para la elección de Trump. Claro, fueron más de doscientos cincuenta millones de dólares de donaciones que hizo el magnate de Tesla a la campaña del empresario Donald Trump. Política aparte, business as usual, toda inversión debía tener su retorno. Lo que, a juzgar de Musk, posiblemente, no se estaría dando, ni para él ni para los estadounidenses.

Las críticas del ex director del DOGE apuntaban al déficit fiscal que con la nueva ley iba a ser mayor porque incluía supresión de algunos impuestos a los más ricos como también insuficientes recortes de gastos por parte del Gobierno. Algo que a su juicio era una incoherencia de Trump. Para justificar su sentencia Musk usó algunos posteos antiguos en Twitter, hoy X, de su propiedad, donde Trump decía que “ningún miembro del Congreso debería poder ser reelegido si el presupuesto de los Estados Unidos no está equilibrado, déficits no deben ser permitidos”. Yo concuerdo con esto, dijo Elon, y replicó que él siendo republicano estaba avergonzado. Afirmó que el proyecto de ley de Trump era una abominación repugnante. El presidente respondió en el Salón Oval que Musk sabía de todos los detalles de la ley y que nunca la había criticado mientras estaba en el gobierno. Insinuó además que Elon tiene problemas de desequilibrio psicológico. También acusó a su aliado de que solo comenzó a criticar su ley cuando percibió que se estaría cortando el mandato de vehículos eléctricos. Sin embargo, revisando antecedentes se puede observar que Musk siempre dijo públicamente que él no estaba de acuerdo con déficits presupuestarios y que él estaba dispuesto a que el gobierno corte créditos, exenciones tributarias y subsidios que favoreciesen a los vehículos eléctricos. Un lío enorme. Musk respondió, siempre por redes sociales, diciendo que lo que decía Trump era falso, que la ley nunca fue mostrada y que pasó entre gallos y medianoche, sin que nadie pudiera analizar. Reproches y reproches.

Las acciones de Tesla cayeron estrepitosamente entre jueves y viernes de la semana pasada, por temor a represalias del gobierno. Uno de los últimos posteos de Musk en esta pelea fue una encuesta donde el millonario pregunta a la gente si no era hora de crear un nuevo partido que represente los intereses de la clase media estadounidense. Claro, mayoría absoluta de sus seguidores apoyó su propuesta. Fue un mensaje contundente. Quizá Elon tenga en el futuro su propio partido político. Algunos dicen que al final eso no va a pasar porque, como suelen decir en el Paraguay que los otros países emulan sus modelos, es posible que ambos terminen en el tradicional abrazo republicano. Solo les falta un José Alberto Alderete que les enseñe cómo se reparte la nueva torta. Los norteamericanos tienen qué aprender de los paraguayos. (Es solo una broma).

Desde mi punto de vista parecería que estamos volviendo a los tiempos de la monarquía en pleno siglo XXI. En el Paraguay eso ya es una realidad, con un monarca que contrata a un gerente para que haga la gestión de la burocracia gubernamental sin que nada cambie, y empresas de amigos y propias que funcionan en modo capitalismo de secuaces ganando dinero dentro del sistema financiero, vialeras, farmacéuticas e informática sofisticada, entre otras, ganando todas las licitaciones, etcétera. Cómo se entiende eso. Existe un monarca y empresas de sus amigos dueños de tierras y empresas que prestan servicios al monarca, incluso servicios de defensa. Antes eran ejércitos proveídos al rey por terratenientes y hoy hay empresas de satélites de las cuales dependen los escudos de defensa nacional. Uno siempre puede ver a billonarios en los Estados Unidos y a millonarios en el Paraguay, siempre casi los mismos, en los eventos de inauguración de nuevos mandatos de los presidentes de la nación. La pelea no solo fue entre el presidente y su aliado Musk. También Bill Gates criticó duramente a Elon cuando dijo que la imagen de este cortando gastos en comida para niños que pasan hambre en los EEUU no era una figura bonita para un billonario. Y la verdad es que así aparece.

Hay algo que pocos advirtieron: Trump y Musk siempre tuvieron ideas no precisamente convergentes. El primero era y sigue siendo un fanático de la perforación de pozos de petróleo apoyando los vehículos a combustión, además de ser un gran proteccionista y antiinmigración, incluso de la mano de obra calificada que pueda favorecer el nivel tecnológico de su país. Todo lo contrario, al segundo, innovador de los autos eléctricos y libremercadista global. Además, a favor de la importación de talentos que puedan traer nuevas tecnologías a las empresas en los Estados Unidos. No muchos analistas se fijaron en estas características divergentes. Solo decían que terminarían peleándose por ser dos egos gigantes que no se iban a soportar. Repito, niños malcriados, que tienen traumas difíciles de tratar, manejando el poder.

Y por casa cómo andamos. Nada nuevo bajo el sol. Los viajes del presidente causaron ronchas internacionales, en esta vez con Francia. Su embajador en Asunción reclamó, en conferencia de prensa, la falta de respuesta del presidente Peña a una invitación personal del presidente Macron a una reunión sobre los océanos y los estuarios hídricos del mundo entero, que se realizaba en París. Me dijeron que los embajadores más despiertos, como Marc de los Estados Unidos, comenzaron a hacer conferencias de prensa en el Paraguay sabiendo de que los temas argeles la Cancillería guaraní nunca informaba a la ciudadanía. Por eso las nominaciones significativas y los congelamientos de activos derivados de la ley Magnitsky siempre fueron anunciadas a viva voz, en modo alto y claro, para evitar el ñembotavy o la deliberada opacidad que el Paraguay acostumbra a dar a los temas internacionales cuando las papas queman. Las huestes coloradas, como hicieron con el anterior embajador estadounidense, pidieron el divorcio diplomático en forma inmediata. La idea fue la expulsión del embajador francés. Una especie de barbarie legislativa de censura internacional, inspirada por Bachi y otros senadores. Esperemos que este tipo de recursos trogloditas se suspendan. Se acuerdan de la hoguera a la Unión Europea de principios de este gobierno de la cual nos íbamos a divorciar. Luego se tuvo que apagar aceptando el convenio con modificaciones vergonzosas y seguimos casados con la poderosa Europa.

Además, los viajes del presidente, en realidad, no han traído inversiones extraordinarias. Y ahora ya entraron en las medias verdades. Dijeron que el señor presidente logró una gran inversión en la India. Lo que se hizo en India es participar de la firma de un documento en el que una empresa india proveedora de equipos alcoholeros, los más baratos del mundo, acuerda vender sus máquinas a una empresa paraguaya que va a industrializar materias primas para hacer alcohol en el Paraguay. Nada más que eso. Los indios no son inversores de nada en el Paraguay. Solo van a vender sus máquinas al Paraguay. Es como que el presidente vaya a las fábricas de tractores y cosechadoras del Brasil, de Río Grande do Sul, a firmar gua’u, como testigo, los documentos de compraventa de las concesionarias de máquinas agrícolas para los agricultores paraguayos y brasiguayos que plantan soja en territorio paraguayo e invierten centenas de millones de dólares. Bolaterapia total, esto no es atracción de inversiones. La empresa india es solo una fabricante de máquinas industriales, y no van a fabricar en Paraguay sus productos. Van a vender sus equipamientos. Una simple operación de comercio internacional, no de inversión india en el Paraguay. Medias verdades o mentiras totales para justificar los viajes.

La empresa india es Praj que se prestó para el teatro, hizo un comunicado, hubo foto con el presidente, y, menos mal, cuentan la verdad: Dicen que fueron seleccionados por Enersur SA para venderles eventualmente sus máquinas para una industria en el Paraguay. Esta inversión futura de la firma será beneficiada con la Ley 60-90, que siempre es otorgada, lo que no es ninguna novedad. No hay un hecho excepcional derivado del viaje a la India. La empresa Enersur SA, que tiene sus datos e informaciones abiertas en la Bolsa de Asunción, emisora de deuda en el mercado nacional, y que debe ser felicitada si llega a concretar su inversión alcoholera, tiene como presidente o ejecutivo a Omar Esteban Bustos Adi, que también era representante de empresas de obras viales, y que no aparece en foto alguna con el presidente de Paraguay. No sabemos por qué en Argentina también ya hubo otros divorcios litigiosos. Pero eso no es tema de este artículo. Solo nos resta decir que algunas veces los divorcios públicos, o en público, no son recomendables. ¡Saludos cordiales!

Más contenido de esta sección