La desvinculación y supresión de direcciones y jefaturas dependerá de la voluntad de los funcionarios a acceder al retiro incentivado, mecanismo que permitiría recibir una remuneración estimativa al tiempo de relación laboral sin afectar la jubilación a funcionarios con 25, 30 y 40 años de antigüedad.
El presidente del Senado, Silvio Beto Ovelar, habló de designar en el presupuesto G. 5.000 millones para el retiro incentivado. Señaló que son 11 jefaturas que hasta ahora se adherirían al retiro.
El debate sobre la desvinculación de los funcionarios del Parlamento es de larga data, y como antecedente se encuentra la evaluación del 2015, que terminó en cuestionamientos ante los resultados y sin ninguna medida. La inacción, lejos de sanear al Congreso, fortaleció a direcciones sin sentido.
En el 2015 ya se habría denunciado la Dirección de Impresión y Encuadernación como innecesaria. El sueldo de su director era en ese entonces de G. 11 millones y hoy alcanza G. 20 millones.
La estrategia de aplicar la figura de despido incentivado tendría solamente en la mira a 11 direcciones. En tanto, el senador Eduardo Nakayama puntualizó sobre la necesidad de suprimir unas 50 dependencias que engrosan el erario público.
Millonaria erogación. Según planillas de pago, hasta diciembre del 2023 se identifican unos 590 directores y jefes en el Senado y Diputados, que cobran entre G. 11 millones y 35 millones.
Lo que genera al mes una erogación de G. 8.850 millones mensuales en un promedio de salarios. Los altos funcionarios ligados a direcciones sin sentido llegan a remuneraciones anuales de hasta G. 450 millones en suma de bonificaciones varias y el aguinaldo, sin contar viáticos. En el Senado serían 363 las direcciones y jefaturas; mientras en Diputados, 231.
Insostenible. Entre varias de las irregularidades se encuentran las comisiones que suman más de 20.
Las mismas están estructuradas con cargos de dirección, jefaturas, asistentes y asesores. Una de ellas es la Comisión Bicameral de Presupuesto, que cuenta con 23 funcionarios: 11 son directores y ganan hasta G. 15 millones. Además, existen 4 jefes, 2 asesores, 4 auxiliares y 2 secretarios. El rubro anual de sueldos y gastos de representación llega a G. 2.097.421.200. Según planilla de pagos del ejercicio fiscal 2023 del Congreso Nacional, funcionarios le cuestan al Congreso hasta G. 410 millones anuales. En esa línea están las direcciones dependientes de la Biblioteca y Archivo Central, donde el director tiene un sueldo de G. 28 millones, alcanzando con bonificaciones unos G. 365 millones al año.
Hay grosera escalada de direcciones absurdas
En el 2015, a pedido del entonces presidente del Congreso, Blas Llano, se realizó la evaluación de cargos del Congreso Nacional. El informe fue realizado por el Centro de Adiestramiento en Servicio (CAES) y tratado durante la presidencia del Congreso de Mario Abdo Benítez.
El informe –que costó G. 550 millones– hablaba de la existencia de 10 a 12 direcciones bajo una dirección general. En Diputados, hoy se encuentran hasta 9 direcciones, en tanto estas se subdividen hasta en 45 jefaturas. Mientras que en el Senado, se encuentran direcciones generales con directores que solo tienen jefes y ningún subalterno.
El CAES concluyó que existían más de 130 direcciones en el esquema de la Cámara Alta con reparticiones que muchas veces no ameritan una dirección.
El Senado superaba ampliamente al Congreso, que contaba con 50 direcciones. El primer informe del CAES daba cuenta de que sumados, el Congreso y el Senado, cuentan con 192 direcciones.
En cuanto a la población de funcionarios se contabilizaron 1.407 en la Cámara Alta y el Congreso. De este universo, 953 contaban con asignaciones especiales por poseer rango de jefatura mandando a solo 436 funcionarios. Ya se identificaban direcciones de Encuadernación y sus subjefaturas.
SIN CAMBIOS. Entre las direcciones del Senado señaladas en 2015, figuraba el servicio de Mozos, con una asignación salarial de G. 11.600.000; también la Dirección de Impresiones y Encuadernación, que desde esa época estaba a cargo de Carlos Arrúa Arévalos, quien percibía G. 11.300.000 y que recibe actualmente G. 20.837.700.
Lejos de la supresión del cargo o una reasignación, Arrúa creció junto al presupuesto liderando una dirección que hoy cuenta con seis funcionarios, donde tres de ellos son también jefes. Los salarios suman en esa dirección más de G. 42 millones mensuales.
La asignación es tan absurda que un encargado y un funcionario, con alta diferencia salarial, realizan exactamente la misma tarea que consiste en imprimir copias de 8 boletines del Senado, doblar los papeles y presillar las copias. El material es preparado para el archivo del Congreso, y para algunos parlamentarios que requieren el documento en físico.
Este informe del CAES había establecido una superpoblación de 80 mozos. Una relación de dos por parlamentario. En este rubro, se realizó una reestructuración estableciendo jefaturas por piso que permiten asignaciones salariales de más de G. 11 millones, con lo que técnicamente ya no existe una superpoblación.
En tanto se observa que simplemente es un área de puros jefes, que cuestan al año casi G. 1.200 millones. Así se tiene que el jefe de mozos del primer piso, del segundo piso y de planta baja cuentan a su vez con encargados en esas áreas.