Durante la celebración, el director general paraguayo destacó que “Yacyretá no es un proyecto concluido” y reflotó la posibilidad de otros proyectos binacionales. “Estamos esperanzados con el futuro prometedor que nos aguarda. Y a la culminación de las obras de Aña Cuá, prevista para 2025, deberá seguirle la instalación de nuevas turbinas en nuestra Central, en la línea de lo establecido en el Tratado, así como nuevos emprendimientos en Corpus, Itatí e Itá Corá, todo lo cual garantizará la provisión de energía limpia y renovable para las próximas generaciones de paraguayos y argentinos”, afirmó Benítez.
En la ceremonia, llevada a cabo en la Casa de Máquinas de la Central Hidroeléctrica Yacyretá (CHY), el director paraguayo enfatizó que el tratado de 1973 fue satisfactoriamente cumplido “con la construcción y pleno funcionamiento de la represa y de su esclusa, lo cual permitió contar con abundante energía y mejorar las condiciones de navegabilidad del Río Paraná”, resaltó la entidad en un comunicado.
Hermandad. Por su parte, De Vido subrayó que Yacyretá constituye un “hecho político” que ratificó la hermandad de argentinos y paraguayos, respondiendo a una visión estratégica de dos gobernantes que estaban decididos a mejorar las condiciones de vida de sus pueblos.
Añadió que en la actualidad este emprendimiento, junto con las obras llevadas a cabo en Aña Cuá, la renovación del parque generador de Yacyretá y otros proyectos futuros, “permiten considerar que la energía es promesa de desarrollo social para argentinos y paraguayos”. Finalmente, los directores ejecutivos y los consejeros presentes, descubrieron una placa recordatoria del cincuentenario, con los nombres de los presidentes de ambos países.