El mandatario señaló que un cuadro gripal de Lula y la falta de tiempo en la agenda del canciller brasileño, Mauro Vieira, impidieron que se realice la reunión entre los mandatarios. “Fue una conversación que se tuvo a nivel de los directores de ambas márgenes. Estaba marcada ya una reunión del Consejo (de Administración), y habíamos hablado con el presidente Lula de la posibilidad de participar en esa primera reunión, ese era el plan”, declaró Peña.
Recordó que el presidente Lula tuvo una intervención quirúrgica hace unos días, que de alguna manera conspiró contra la fecha que ya estaba marcada, porque a su recuperación prevista se sumó “un cuadro gripal, y esto obviamente no era una buena señal”. “Sus médicos pidieron que él no tenga contacto con reuniones amplias. Imagínese que esta iba a ser una reunión donde iban a haber cerca de por lo menos 20 personas, entre los miembros del Consejo, directores”, refirió el jefe de Estado.
El mandatario añadió que, considerando la ausencia de Lula, conversó con él y “era muy importante” que estén en esa reunión ambos presidentes, por lo que decidieron posponer el encuentro.
“También no coincidía la agenda del canciller de Brasil, quien estaba esta semana en la ciudad de Nueva York, en una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de ahí tenía que bajar (...). Así que creo que es una sumatoria de varias cosas”, relató Peña.