La pequeña falleció el 8 de enero de este año luego de una rara forma de cáncer cerebral. Sus padres piensan que con la ciencia se podrá revivirla en unos años más.
“El primer día que estaba enferma, de inmediato me vino a la mente que debíamos hacer por ella todo lo posible desde el punto de vista científico con la tecnología de hoy en día. Tuve un gran conflicto interior con esta idea, pero tenía que aferrarme a ella, así que se la expliqué a mi familia”, recuerda su padre, Sahatorn.
Esa idea era congelar el cerebro mediante criogenización hasta que, en algún momento del futuro, los avances médicos permitan revivirla, según publica el sitio digital actualidad.rt.com.
“Como científicos, estamos seguros al 100% de que sucederá, simplemente no sabemos cuándo. En el pasado, pensábamos que tomaría 400 a 500 años, pero ahora estimamos que puede suceder dentro de alrededor de 30 años”, afirma Sahatorn.
Para conservar el cerebro de la pequeña, la familia eligió Alcor, una organización sin fines de lucro con sede en Arizona (Estados Unidos), que es el proveedor líder de lo que denomina “servicios de extensión de la vida”.
La niña, cuyo cerebro se conserva a una temperatura de -196 ºC, se ha convertido en la paciente número 134 de esta compañía y también en la más joven.
El padre está seguro de que los pensamientos y la personalidad de su hija se conservan junto con su cerebro y que, en algún momento, serán suficientes para reconstruir su vida.