La sobreoferta de carreras universitarias desborda la capacidad de control del Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), que tiene a su cargo verificar la efectiva implementación de programas académicos, bajo la lupa de los parámetros de calidad y excelencia exigidos por ley.
Solo cuatro profesionales, entre técnicos y académicos, se dedican a analizar minuciosamente los proyectos educativos en la Unidad de Catastro del órgano rector.
Las propias autoridades del Cones reconocen la falta de recursos humanos y financieros para poder abarcar la inmensa cantidad de ofertas.
Pese a la acuciante necesidad, el ente regulador no prevé incorporar a más profesionales el próximo año. Eso al menos deja ver el presupuesto 2019 que el Ing. Hildegardo González, presidente del Cones, presentó a la Bicameral del Congreso, el 3 de octubre último.
González solicitó el apoyo de los legisladores nacionales de cara a mejorar el presupuesto del Cones “para aumentar nuestros recursos humanos, que será un incremento que impactará directamente en el mejoramiento de nuestros servicios, en cuanto a eficiencia y dar respuesta al público”, manifestó.
El Cones nació sin presupuesto propio y cada año solicita fondos para crecer en recursos humanos, pero el Ministerio de Hacienda le niega. Por eso, la apuesta pasa por el local propio en un edificio cedido por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).
“El Cones tiene el firme interés de fortalecerse en cuanto a recursos humanos, ha solicitado desde años anteriores, pero desde Hacienda no se acompañó el pedido correspondiente a contratación de recursos humanos”, aportó Myrian Bobadilla, asesora de Comunicación del ente rector.
El anteproyecto del organismo, presentado en la Bicameral, contempla un presupuesto total que apenas supera los G. 10.000 millones, de los cuales 4.320 millones es el monto de la ampliación para ser destinado exclusivamente para “la puesta en valor y refuncionalización del edificio” donado por el MEC al Cones en julio pasado.
LENTO. En los últimos tres años, el Cones analizó casi 5.000 proyectos académicos, de los cuales devolvió poco más de 2.000 a las instituciones de educación superior.
Al Cones le resta revisar al menos 6.000 proyectos, en virtud a que el MEC registra en su portal más de 11.000 programas de pregrado, grado y posgrado en todo el país (ver infografía).
Desde Catastro hacen un trabajo exhaustivo y lento para constatar el estado legal de cada plan académico que llega al ente. Mientras, las instituciones del sector continúan ofreciendo un sinnúmero de carreras –aprobadas bajo leyes anteriores a la vigente– y repartiendo filiales en todo el país, sin que pasen por el filtro del órgano rector.