16 jul. 2025

Con la disidencia de espaldas, Peña niega grieta y admite falta en salud

El presidente dio su informe sin votos de Lilian y Afara. Atacó a opositores y se congració con la dirigencia. En medio de intervenciones a no colorados, afirmó que hay unidad y ANR para rato.

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Respaldo. Horacio Cartes le dijo a Santiago Peña que su gestión es “brillante” y “patriótica”.

DANIEL DUARTE

Con todo su batallón de ministros aterrizó el presidente Santiago Peña en la sede del Partido Colorado para dar su informe de gestión ante la Junta de Gobierno y toda la cúpula cartista, una semana antes que al Congreso.

Peña cumplió con el acto político que lo acerca a la dirigencia partidaria, como el año pasado, y ante Horacio Cartes, de quien depende su gobernabilidad. Remarcó más de una vez que la Asociación Nacional Republicana (ANR) “está más viva que nunca” y que seguirá en el gobierno en el futuro, para insistir en que no hay división.

Disidencia. El presidente restó a la disidencia en su discurso. De hecho, los únicos presentes fueron los senadores Lilian Samaniego y Juan Afara, quienes se levantaron de sus sillas apenas concluyó el recuento de gestión y no dieron su voto al momento de aprobar el informe.

Hubo ausencias importantes entre miembros de la Junta, que fueron Arnoldo Wiens, candidato de la disidencia colorada con apoyo de Mario Abdo, y Mario Varela, senador quien acaba de renunciar a Honor Colorado para pasarse de nuevo al abdismo.

Peña marcó fuertemente su enemistad con la oposición para transmitir a las bases un mensaje electoral. Esto se da en medio de ataques dirigidos hacia municipios opositores desde su gobierno. Mencionó que, mientras la ANR se fortalece y suben a 3 millones los afiliados, los demás partidos se vuelven “grupos de amigos o de familiares”.

Pese a las críticas por el uso que le da el Partido Colorado al Estado para concentrar riqueza pública hacia sectores económicos, Peña sostuvo que esa relación es única. “Cuando al partido le va bien, al Gobierno le va bien, cuando al partido le va mal, al Gobierno también le va mal”, lanzó.

El mandatario insistió en que nunca antes hubo una Junta más unida, porque “el partido está en el poder y el poder está en el partido”, y que son otros sectores los que quieren división. “Los agoreros del mal, los que siempre odian, los que buscan separar al partido del Gobierno, buscan la pelea, quieren sangre, quieren división”, manifestó.

Se jactó de tener un buen gobierno con lo que “la permanencia del coloradismo en el poder está justificada”. Celebró también su mayoría en el Congreso que, indicó, quiere ser descalificada con la frase de “aplanadora colorada”, y como en todo su discurso, volvió a insistir en que hay personas que buscan que haya grietas. “Para quienes quieren encontrar grietas en nuestras filas, les digo fuerte y claro, no lo lograrán”, enfatizó.

Confianza en Alliana. Peña buscó nuevamente desmentir que haya roces con Pedro Alliana y le dirigió una parte de su discurso para resaltar que su recorrido por el mundo es posible gracias al vicepresidente, que es su “amigo, compañero y hermano”, y en quien confía dejarle la Presidencia.

Mala salud. Peña sorprendió con reconocer que hay un punto débil en su Gobierno y sin duda es la gestión en Salud Pública, a cargo de su ministra Teresa Barán, quien estaba presente en la ANR.

Mientras halagó el trabajo del sector social en nombre de Tadeo Rojas y Juan Carlos Baruja, indicó que la salud es un desafío para su gobierno y que por eso tuvo que conformar un “equipo nacional de salud” que él mismo preside.

En este sector se generó una de las crisis más importantes del Gobierno de Peña, tras la muerte de bebés recién nacidos, por negligencia, incluso en hospitales recién inaugurados. También se da la falta de medicamentos y una gran falencia en atención a pacientes oncológicos.

Los agoreros del mal, los que siempre odian, los que buscan separar al Partido del Gobierno, buscan la pelea. Santiago Peña, presidente de la República.

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