08 may. 2024

Champión chino y la verdemanía

En el año 1988 partía hacia lo que iba a ser mi primer mundial; en este caso, de fútbol de salón. Cargados de ilusiones, teníamos todo arreglado lo concerniente a indumentarias y otros.

Sin saberlo entraría en una historia particular de los famosos CHAMPIONES CHINOS, de color blanco y salían más o menos 1 dólar (G. 6.000). Para la época, a cada jugador se le regalaba dos pares del mismo, pero grata mi sorpresa que todos compraban dos pares más, ya que eran baratos en Ciudad del Este.

Como íbamos jugando y ganando en varias ciudades de Australia, yo veía que mis jugadores tenían otras marcas mundiales, Adidas, Rainha y otros de los cuatro pares que llevaron, les quedaba para las finales solo un par, porque los mismos había sido iban cambiando o vendiendo a los europeos especialmente.

Paraguayito se hacía respetar con el chinito diciéndoles a los demás que era el mejor del mundo para hacer goles de punta, flexible, duradero, etc. Éxito total. Varios de los integrantes ya lo venían haciendo desde Mundial Brasil 82 y España 85. Por lo que con esa experiencia para mi 2º mundial 1991 en Italia y otros torneos sudamericanos compraba y llevaba 10 pares, sacándome la lotería ya que compraba de CDE a 5 dólares y los vendía a 50. Che ricoite.

CON ROQUE. Vamos a Corea/Japón 2002, cada jugador tenía marcas diferentes de botines que usaron en las Eliminatorias. Ya en la sede de nuestros partidos el master Teki Alarcón (suegro de Justo Villar) con Julio Ortiz tenían organizada toda la utilería. Un día observo a ambos sacando y borrando las tiras o marcas de los botines, luego lo pasaban betún negro a full. Entonces les pregunté él porqué y me dijo: “Ya te darás cuenta”.

Esos días me avisaban de la recepción que venían 1/3 personas junto a los jugadores y en especial las estrellas de la época, debido a que tenía que avisar a mi jefe, el DT del mismo. Eran empresarios de las grandes marcas (Adidas, Puma, Lotto, Nike) que pagaban sumas importantes por el uso del botín.

Ahí me entero que la exclusividad de la marca que representaba la Selección era solo para la indumentaria (ropa), pudiendo el jugador según la categoría ganar entre 3.000 a 5.000 dólares por partido y más llegando a instancias finales.

Yendo al Mundial Alemania 2006, ya conociendo la temática me seguía sorprendiendo este combo. En ese entonces de todas las estrellas, a quien le seguían las marcas era a Roque Santacruz; además jugaba en el Bayern y en Alemania.

Toda la Eliminatoria Roque jugó con Puma, pero una vez ya instalado en Múnich en nuestro PC un día aparece en la práctica con un botín color verde hermoso de dibujo extraño.

Y ahí comienza la ”verdemanía”. Estábamos reunidos en el medio de la cancha y le miro a la cara al profe Maño Ruiz nervioso y sudoroso, hablaba al grupo, pero se le notaba inquieto. Terminó el calentamiento y mientras los jugadores tomaban agua me llama y me dice: “Hablá con Roque y decile que se cambie el botín, que es muy feo”. “¿Cómo?”, le digo... Luego me vino a mi memoria la historia del color verde, que nos dejó el gran profe don Luis Cubilla (trabajé con él en Guaraní en 1997 ), y el Maño que fue su ayudante, fiel alumno del mismo. Ahí entendí el tema.

Entonces ahí medio en broma, camuflado, le digo a Roque que su otro botín era más goleador. Él como siempre sonriente; fallé en el intento.

Así seguíamos los días, ya faltaba poco para el primer partido y el profe Maño cada vez más nervioso por la verdemanía.

explotó. Y unos días antes Maño ya no aguantó y le dijo a Roque: “Qué feo es tu botín, no te queda bien, el otro era mejor”. Y ahí Roque reacciona y con una sonrisa le dice: “Profe, si querés me cambio, si vos me pagás los 5.000 dólares por partido que la marca me prometió”, siempre con una gran sonrisa. Ahí Maño se rindió y ya no le pudo decir más nada, y el jugador siguió con la verdemanía.

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