La majestuosa y emblemática Capilla Sixtina, cubierta con los frescos del Juicio Final pintados por Miguel Ángel, es el escenario que congrega a 133 purpurados electores en el cónclave, rito solemne que se realiza bajo obsoluto secretismo y a puertas cerradas.
La identidad del futuro Pontífice es la gran incógnita en una elección papal que expertos anticipan abierta y sin claros favoritos, después que el pontificado reformista del jesuita argentino despertara un fervor popular y una división en el seno de la Iglesia.
“Que no sea muy cerrado, que al contrario apoye a nuestra juventud que viene con unos valores tal vez diferentes a nosotros”, aseguró a AFP la mexicana Verónica de García, de turismo en el Vaticano.
CINCO O SEIS PERSONALIDADES. El cardenal y arzobispo de Argel, Jean-Paul Vesco, indicó que existen “al menos cinco o seis” personalidades que podrían ser elegidas, en una entrevista al diario italiano Corriere della Sera.
“Pero no hay ninguno que ‘aplaste’ a los demás, ninguno del que se pueda pensar: Será él”, dijo.
El Vaticano difundió este martes las imágenes de la Capilla Sixtina que dan muestra de la solemnidad: Varias hileras de mesones aparecen engalanados con telas marrones y rojas, sobre las cuales aparecen los nombres de los cardenales.
AISLADOS DEL MUNDO. A partir de las 15:00 (13:00 GMT) del miércoles, se cortarán las señales telefónicas en el interior del Vaticano para aislar a los purpurados de influencias externas.
Durante el cónclave, los “príncipes de la Iglesia” deben permanecer sin teléfono ni acceso a internet ni a medios de comunicación, y guardar secreto sobre todo lo relativo a la elección del nuevo Sumo Pontífice.
BENEDICTO XVI Y FRANCISCO. En la vecina Plaza de San Pedro, miles de personas mirarán la chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina a la espera de vislumbrar el humo blanco, primera señal de la elección del 267º Papa.
La elección de Benedicto XVI en 2005 y la de Francisco en 2013 tomaron dos días. Pero algunos esperan ahora que sea más largo, máxime cuando es el cónclave más internacional de la Historia con cardenales procedentes de 70 países.
El elevado número de cardenales electores hizo que la residencia de Santa Marta, donde suelen alojarse desde el cónclave de 2005, se quedara pequeña y se tuviera que habilitar un edificio vecino, que suele acoger a funcionarios vaticanos.
Antes de 2005, los purpurados se alojaban en habitaciones improvisadas en el Palacio Apostólico, más incómodas y con pocos baños, por lo que el papa Juan Pablo II decidió construir la actual residencia.
Santa Marta, donde decidió vivir además Francisco, dispone de habitaciones con baño privado y servicios similares a los de un hotel. La asignación de los cuartos a los cardenales se hizo por sorteo.
Los purpurados pueden trasladarse allí hasta la misa que se celebra hoy en la Basílica de San Pedro que precede al cónclave. Para entonces, deberán haber dejado a buen recaudo sus celulares. El personal que les prestará apoyo durante la elección –médicos, ascensoristas, personal de comedor y de limpieza, etc.– también juró el lunes guardar el secreto de lo que ocurra, so pena de excomunión.
Este martes, los purpurados participaron en su última reunión preparatoria que celebran casi a diario desde el deceso de Jorge Mario Bergoglio el 21 de abril y en las que abordan varias cuestiones sobre la Iglesia.