‘‘Cuando pronuncien el juramento de rigor, se comprometerán a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes y que, si así no lo hicieran, Dios y la Patria se los demande’’, dijo en su homilía el purpurado durante la víspera de fiesta de San Pedro Apóstol, que se realizó en la iglesia de la diócesis de San Pedro del Ycuamandyyú.
El purpurado destacó que en el centro del desarrollo integral se encuentra la dignidad de la persona humana. En este sentido, exhortó a los responsables de las instituciones de la República al fiel cumplimiento de los mandatos de la Constitución Nacional en lo que se refiere a que toda persona tiene derecho a vivir en un ambiente saludable y ecológicamente equilibrado (art. 7); que los pueblos indígenas tienen derecho a la propiedad de la tierra y que el Estado les proveerá gratuitamente de estas tierras (art. 64); que la reforma agraria es uno de los factores fundamentales para el bienestar rural y el desarrollo económico y social de la Nación (art. 114).
Los responsables de los poderes públicos, indicó el cardenal, deben arbitrar las medidas para que el desarrollo sea integral, que respete el principio del bien común, así como los derechos de los más pequeños y vulnerables y la sostenibilidad social y ambiental. ‘‘En la Iglesia creemos en un adecuado ordenamiento territorial y el cumplimiento estricto de las normas ambientales”, subrayó.