Para el segundo semestre de este año lo que salvará el crecimiento del país es la agricultura, con la probablemente mayor producción de soja de la historia, según el primero citado. Solo que habrá también una fuerte desaceleración del consumo (que a abril ya tiene un nivel del 20% por debajo), ya que la gente no pudo salir o tiene aversión al riesgo.
“El costo de la recesión o estancamiento del 2019, más lo que se está dando en este año es de casi USD 8.000 millones; y si le sumamos que estamos en un nivel inferior con el costo de la pandemia, podrá llegar posteriormente a los USD 18.000 millones”, destacó Fernández Valdovinos.
Al referirse a la región, destacó que en Brasil se detuvieron los ajustes y reformas, y se experimentó un déficit en el sector público consolidado que podría llegar al 15% del PIB; que deberá financiarse con mayor deuda pública. La preocupación en el vecino país es que el stock de deuda pública podría llegar a casi el 100% del PIB, lo cual será insostenible a criterio del analista.
De Argentina, calificó que ya tiene muchas historias de hiperinflación y como una de las medidas para paliarla es la emisión de dinero, o sea que el Fisco recurra a su banco central para financiar sus gastos.
recuperación. Por su parte, Santiago Peña destacó la caída de la actividad económica, con su punto más bajo en abril pasado, y con un reinicio de la actividad y la recuperación, pero no en todos los sectores.
“El comercio de frontera es el más golpeado, porque tiene fuerte impacto en el empleo y en las recaudaciones tributarias; mientras que las políticas monetaria y fiscal ya pasaron todas las luces amarillas y algunas rojas”, evidenció.
Abogó además para que la política fiscal consiga una evolución seria y responsable, con visión a mediano y largo plazo, con una banca matriz independiente. “Una de las grandes fortalezas es la estructura productiva beneficiosa, ya que el campo salvará al Paraguay: La agricultura es el principal motor, además de la ganadería, que está volviendo a elevar su productividad”, dijo.
Ambos coincidieron en que la caída en toda América Latina confiere un escenario de que se presentará una nueva década perdida.