28 mar. 2024

Bocanada de vapor

Se creó hace más de 10 años para que las personas dejaran de fumar. El cigarrillo electrónico hoy llega para reemplazar al tabaco y se vuelve una tendencia entre los más jóvenes. Un especialista paraguayo nos habla sobre sus posibles ventajas y desventajas.

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Foto: Getty Images.

Tomar entre los dedos, encender, inhalar el humo, mantener un poco en la boca, posicionar las manos, exhalar una bocanada y sacudir las cenizas. Con el cigarrillo a mano, esos son los religiosos pasos de un fumador. Un hábito normal de ayer, hoy y tal vez para siempre. Debido a los daños descubiertos, el consumo del tabaco se reguló con el tiempo, en el mundo. “Fumar daña la salud”, es la advertencia paradójica de fábrica. Y para tratar, controlar o disminuir el consumo se crearon opciones. Entre ellas está el cigarrillo electrónico, conocido también como e-cig o vapeador.

En China se crearon los primeros cigarrillos electrónicos, en el 2004. Inicialmente se pensó como una alternativa que ayudaría a las personas a dejar de fumar. Pero actualmente es como la oportunidad de no tener una muerte temprana. “El debate va más allá de que sirva o no para dejar de fumar”, subraya el doctor José Fusillo, vicepresidente de la Sociedad Paraguaya de Neumología, quien da su punto de vista acerca de la situación local.

“Estos dispositivos son un sistema de liberación gradual de nicotina”, explica el especialista, refiriéndose al vapeador como un dispositivo que solo prolonga el tabaquismo. Indica que si bien hay personas que abandonan el cigarrillo normal, hay otras que fuman y vapean a la vez. Es más, el médico sostiene que existe un informe mundial en el cual se indica que los jóvenes que se inician con el vapeador, con el tiempo se vuelcan al tabaco. Y a la inversa, los que dejaron de fumar, siguen vapeando. “No dejaron el tabaco”, expresa el profesional.

Si bien el propósito de la creación del cigarrillo electrónico fue ofrecer una opción terapéutica eficaz, al final los resultados fueron otros. Hay fumadores que son vapeadores al mismo tiempo. A estos se los llama consumidores duales.

Humos diferentes. Fumar y vapear no son lo mismo. En un microdocumental sobre los cigarrillos electrónicos, hecho en el 2014 por la British Broadcasting Corporation, se estableció una diferencia entre ambas acciones. Al fumar el cigarrillo, se quema tabaco que libera nicotina muy rápidamente. En cambio, los cigarrillos electrónicos calientan una sustancia líquida con nicotina, creando vapor que reemplaza al humo. En cuanto al vapor, aún no está comprobado que haya causado daños a la salud al ser inhalado pasivamente.

Normativa legal

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2008 ya había rechazado al cigarrillo electrónico como un tratamiento legítimo para quienes estén intentando dejar de fumar, puesto que los efectos terapéuticos no estaban demostrados y no disponían de pruebas científicas que confirmasen la seguridad y eficacia del producto, hasta hoy día.

Seis años más tarde, la OMS comenzó a instar a los países a respetar la reglamentación para hacer frente a los problemas de salud, las actividades publicitarias y el consumo en espacios públicos y de trabajo.

En este sentido, hay países que ya cuentan con normativas al respecto. Algunos de ellos son México, Estados Unidos, Reino Unido, Argentina y Brasil. En Paraguay, el tema apenas está ingresando al debate social. “La preocupación más grande de estos dispositivos es que son de venta libre”, agrega el vicepresidente de la Sociedad Paraguaya de Neumología, quien además señala que los consumidores son cada vez más jóvenes. Tampoco la venta vía internet está regulada.

Para el 2016, la OMS asume una postura mucho más concreta sobre el tema. En un comunicado de ese año, afirma que existen pruebas que demuestran que los cigarrillos electrónicos no son solo vapor de agua, sino que plantean graves amenazas para adolescentes y fetos, por las sustancias químicas que contienen. En este aspecto, el doctor Fusillo lamenta que en Paraguay todavía no esté legislado, puesto que en términos de daños, afirma que los riesgos son los mismos que los del tabaco. “La gente se pregunta si el cigarrillo electrónico producirá cáncer, y eso es algo que no se puede saber. Para descubrir nada más la relación entre el cigarrillo normal y el cáncer, por ejemplo, pasaron más de 200 años”, asegura.

¿Sabías que? Según un informe emitido por la OMS en el 2014, la industria del cigarrillo electrónico de un fabricante en China pasó a ser un negocio global de 466 marcas –hasta entonces–, teniendo mayor participación en esto la industria tabacalera.

¿Ventajas o desventajas?

La única ventaja que por el momento podría tener el consumo del cigarrillo electrónico sería la posibilidad de vapear en cualquier espacio, mientras no esté regulado en el país, ya que científicamente –en el mundo– todavía se desconoce a ciencia cierta los efectos que produciría a largo plazo. Según el portal digital Infobae, cada vez son más los científicos y las personas del sector de la salud que cuestionan el uso del vapeador, como dispositivo que utiliza líquidos, con o sin nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas que el calor convierte en aerosol y se inhala.

El cigarrillo electrónico requiere de un uso gradual de nicotina. Una persona que consuma en grandes cantidades, también puede exceder los niveles máximos recomendados. “El paciente le puede poner 30 o 40 gotas, y agregar en mayor cantidad, incluso más que un cigarrillo normal. Porque un paciente dependiente, finalmente le pone la dosis que quiere”, expone el doctor Fusillo.

Para el vicepresidente de la Sociedad Paraguaya de Neumología, plantearse si vapear conlleva un nivel de riesgo de contraer cáncer es una pregunta muy frecuente por parte de la gente, pero que aún no tiene respuesta. “Va a pasar mucho tiempo, dentro de 40 o 50 años tendrá sus efectos el consumo y podremos saber. La realidad es que hoy día no está regulado y los médicos no podemos garantizar su uso en sustitución del tabaco normal. Al principio uno pensaría que sí, pero la teoría de los daños que podría causar aún es incierta”.