Las previsiones de crecimiento de la OCDE, que teme un frenazo de la economía si la crisis del coronavirus se agudiza, lastraron los mercados bursátiles durante buena parte de la jornada, pero al final pesaron más los mensajes de los bancos centrales.
Después de cerrar el viernes su peor semana en una década, el Ibex 35, el selectivo de la bolsa española, cerró ayer con una subida del 0,21%. En el resto de Europa, Londres se incrementó un 1,13% y París, un 0,44%. Al contrario, registraron bajas Milán (-1,5 5) y Frankfurt (-0,27%). En Asia, Tokio subió un 0,95%; Hong Kong, un 0,62%; Shanghái, un 3,37%; y Seúl, un 0,78%.
Wall Street abrió al alza y el Dow Jones sube ahora en torno al 2,5 %.
Los mensajes de los principales bancos centrales fueron en la misma dirección desde el pasado viernes. El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, subrayó ayer en Londres que la entidad está preparada para afrontar el impacto del coronavirus.
De Guindos admitió que la epidemia añade “una capa nueva de incertidumbre a las perspectivas de crecimiento globales y de la eurozona”.
El Banco de Japón revisa las derivaciones del brote de coronavirus y se comprometió a aportar liquidez ante señales de incertidumbre en los mercados financieros. La Reserva Federal de EEUU adelantó que adoptará medidas para apoyar la economía ante la expansión del virus. Se sumaron el FMI y el Banco Mundial, que están listos para encarar los “desafíos económicos” de la epidemia. EFE