Por supuesto, porque no soportamos más inundaciones queremos una defensa que las impidan.
Frente a todo esto existe un grupo de empresarios pudientes que quieren hacer en los Bañados un gran negocio inmobiliario. Esto conllevaría el desalojo ya de los actuales bañadenses. Disponen de la ayuda de las autoridades que con leyes de expropiación o donación de unos millones de guaraníes ya nos están amenazando.
Añado dos notas. La primera, Asunción vive de espalda al río y quiere gozarlo. La segunda, Asunción necesita una avenida de circunvalación que facilite el tránsito vehicular.
¿Cómo darle solución a estos planteamientos contradictorios?
No es fácil unir estos extremos. Pero, cumpliendo lo que dice el artículo 1º de la Constitución, se puede encontrar una vía de solución. Somos una democracia participativa. Lo cual significa que tomando juntos las decisiones, cediendo en lo secundario y conservando lo principal, se puede llegar a una solución.
Lamentablemente nada de esto se hace. Con autoritarismo solo el MOPC y empresarios diseñan los planes, contratan a las empresas constructoras y luego nos imponen con amenazas condiciones inhumanas de desalojo.
Esto ha sucedido en las Chacaritas, sucede ahora en el Bañado Norte y amenaza al Bañado Sur.
Los bañadenses somos asuncenos y pedimos la ayuda de nuestros conciudadanos. Somos gente acogedoras, antiguos campesinos expulsados por la soja de su valle, y queremos vivir con trabajo seguro, con vivienda digna, con los derechos humanos. En los Bañados hay sitio para muchos. Y, por supuesto, para nosotros los que ya llevamos viviendo allí muchos años.