Esta práctica del criadazgo consiste en que niños, niñas o adolescentes –generalmente provenientes de zonas rurales o en situación de pobreza– sean llevados a casas de terceros para realizar trabajo doméstico a cambio de cama, comida, y en algunos casos, educación.
“Avanzamos bastante en la desnaturalización, en la desnormalización del trabajo infantil y del criadazgo. Ya no se está defendiendo, por lo menos, en la cotidianidad en las comunidades”, dijo Marta Benítez, directora de Global Infancia. Sin embargo, expresó que “no porque algo se haga de una manera siempre, debe mantenerse en el tiempo”.
Reafirmó que las prácticas sociales, por el solo hecho de ser practicadas hace mucho tiempo, si no son favorables y no dignifican a la persona humana “no tienen que ser valorizadas y sostenidas”.
“Es como que hoy digamos: ‘La esclavitud per se no es mala, son malos con algunos amos’”. En realidad, la práctica es mala, porque vulnera los derechos, precisó.
La semana pasada, desde las diferentes organizaciones, impulsaron abordar el tema del criadazgo, como algo “urgente y necesario”.
TODAVÍA FALTA. Marta Benítez se sinceró al decir que todavía “estamos lejos” en la lucha de erradicar esta práctica. “Desde el momento que existe todavía una práctica que es de la época de la colonia, quiero decir que el esfuerzo que hemos hecho no ha sido suficiente”, dijo.
Con esto, se refirió al Estado y a la comunidad en general.
“Todavía el esfuerzo que tenemos que hacer es mayúsculo. Sumar esfuerzos entre el Estado, las instituciones públicas y la sociedad civil para que en algún momento esto sea realmente parte del pasado”, alentó. En ese sentido, confirmó que desde Global Infancia están trabajando en la prevención y sensibilización con la gente.
Respecto al proyecto de ley sobre el criadazgo, que fue rechazado en el Senado y volvió a Diputados para su tratamiento, dijo los congresistas deberían tratar de apoyar ese esfuerzo legislativo.
Ese proyecto definía claramente una hoja de ruta para atender y mejorar todo tipo de clase de criadazgo.
También proponía las acciones entre las dos leyes vinculadas al criadazgo, que son la Ley de Trata y la Ley del sobre el derecho del niño a vivir en su familia.
FALTA DE DATOS. Según la Encuesta Nacional de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes, en el año 2011, alrededor de 47.000 niñas, niños y adolescentes estaban en situación de criadazgo en Paraguay. Esta cifra hoy –catorce años después– no se tiene actualizada, “lo que dificulta dimensionar el problema y tomar decisiones efectivas”.
Hoy solo se sabe que siguen existiendo casos de criadazgo por las experiencias que cuentan las personas y las comunidades, hasta donde llegan las organizaciones. “Una tarea importante que tenemos como país es asegurar y generar los mecanismos que nos permitan tener un diagnóstico previo”, finalizó Benítez.
26 tipos de trabajo infantil peligroso en Paraguay
Trabajo de vigilancia
Trabajo en la calle
Cuidado de personas y enfermos
Traslado de valores
Contacto con tóxicos
Manipulación de agroquímicos
Reciclador
Manipulación de productos explosivos
Trabajo nocturno
Trabajo en zanjas
Tránsito de fronteras
Venta de bebidas alcohólicas y tabaco
Exposición a vibraciones constantes
Uso de máquinas peligrosas
Exposición al frío y calor extremo
Explotación de canteras
Trabajos insalubres
Trabajo con ganado mayor
Modelaje con erotización de la imagen
Transporte manual de cargas pesadas
Trabajo en espacios confinados
Trabajos infantil doméstico y el criadazgo
Trabajo que generan daños por la postura
Trabajos bajo agua y en medio fluvial
Trabajo en altura
Trabajo con electricidad
Desde la Defensoría del Pueblo compartieron el mapa del índice de vulnerabilidad al trabajo infantil en nuestro país, que muestra que la realidad de las diferentes ciudades. Sobre todo, se expuso que los 255 distritos del Paraguay tienen vulnerabilidad media a alta de trabajo infantil, principalmente en zonas del Chaco, Asunción, Central y algunas zonas del Sur y Este del territorio. Actualmente, existen 26 tipos de trabajo infantil peligroso en el país, como trabajo de vigilancia, la salida a trabajar en las calles, el cuidado de personas y enfermos y hasta la producción y venta de bebidas alcohólicas y tabaco; entre otros. A nivel mundial, Unicef y la Organización Internacional del Trabajo expusieron que se estima que casi 138 millones de niños se encuentran en situación de trabajo infantil en todo el mundo. De esta cifra, 54 millones se encuentran en trabajos considerados peligrosos. Si bien esta cifra muestra una reducción en comparación con años anteriores, sigue generando preocupación y una alerta a seguir trabajando. “En el 2015, el mundo se comprometió a poner fin al trabajo infantil para 2025. El plazo ha terminado, pero no el trabajo infantil”, dijeron desde ambas organizaciones internacionales.