“Es inmoral” –calificó monseñor Edmundo Valenzuela– que los partidos políticos pidan un incremento del subsidio que se les otorga cada año en el marco del Presupuesto General de Gastos de la Nación. En vez de engrosar este incentivo a la desacreditada clase política –analizó– es necesario distribuir esos recursos a favor de los sectores menos favorecidos, potenciando los presupuestos para los sectores de la salud, educación, vivienda, entre otros.
“Es una conveniencia de políticos. Y ya sabemos que con los políticos no vamos a tener justicia y solidaridad. Para mí es inmoral porque ese dinero tiene que distribuirse más para la educación, para la vivienda, para tantos departamentos que están en situación de continuo riesgo”, expuso el arzobispo metropolitano al ser consultado sobre el tema, durante la conferencia de prensa ofrecida en el tercer día de la 223 Asamblea Ordinaria de Obispos, en Luque.
A su entender, “hay que replantearse todo el presupuesto nacional con criterios de ecuanimidad y de justicia”.
Instó a los políticos a que evalúen a fondo este tema, tomando como espejo las situaciones de convulsión social que viven países vecinos. “Si vamos a considerar lo que pasa en Chile y en Bolivia, puede ser también, el día de mañana, un motivo de revuelta por estas injusticias que se cometen”, advirtió.
Es así que llama a que realmente “se utilice el dinero del bien público en programas que promuevan el desarrollo, la agricultura familiar, la educación, la salud, que están siempre muy amenazadas”.
CONTROL. El subsidio a partidos políticos es asignado por el Gobierno en dos conceptos: por un lado, es abonado a las organizaciones políticas con representación parlamentaria, durante los años del periodo legislativo.
Lo restante se desembolsa como una suerte de devolución por los gastos electorales y se calcula por la cantidad de votos obtenidos.
Como argumento, los legisladores defienden que esos recursos transferidos a los partidos son efectuados con el objetivo de “controlar el financiamiento político”. De este modo, se evitaría que haya dinero ilícito en el financiando de las campañas electorales.
Repartija. De darse dicha suba a las agrupaciones políticas, a instancias de ambas cámaras del Congreso para el presupuesto 2020, el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) deberá repartir a los partidos G. 55.741 millones.
En el proyecto de presupuesto del Ministerio de Hacienda, se previeron solo G. 33.589 millones para subsidios. “Con dinero dado a los políticos no hay ningún progreso, al menos hasta ahora no lo hemos visto. Hay que replantearse todo el presupuesto”, remató Valenzuela.
Parar deforestación y rever modelo agrícola
En palabras de monseñor Edmundo Valenzuela, el desafío de recorrer nuevos caminos en la “conversión ecológica”, una de las dimensiones planteadas en el reciente sínodo de obispos sobre la Amazonía, en Roma, es frenar la deforestación en el Chaco. Disparó contra el modelo que fomenta el uso indiscriminado de agrotóxicos que se constituye en una de las principales amenazas contra el bioma amazónico, las poblaciones y los proyectos de desarrollo sustentable. Es así que sostiene que es hora de replantearse el modelo de desarrollo basado en la expoliación de los recursos, que pone en riesgo la sostenibilidad de las reservas de agua dulce, y volcar los esfuerzos por la agricultura familiar campesina.
“Con dinero dado a los políticos no hay ningún progreso, al menos hasta ahora. Hay que replantearse todo el presupuesto”. Edmundo Valenzuela, arzobispo metropolitano.