Las cárceles resultan a veces un reflejo de lo que ocurre fuera de los muros. En la Provincia hay un dato que confirma esta aseveración: en los pabellones, el 5,1% tiene documentación extranjera, el mismo porcentaje de los inmigrantes que viven en este territorio. Por eso el gobierno de María Eugenia Vidal, buscar enviar a sus países a los reclusos, según el diario Clarín.
Son 2.009 internos, sobre un total de 41.267 presos alojados en unidades penitenciarias y alcaidías de la Provincia de Buenos Aires. Sobre ese núcleo trabaja el ministerio de Justicia en un programa para ser remitidos a sus países, en el marco de la iniciativa para aliviar la superpoblación carcelaria, tal como publicó Clarín el 7 de setiembre.
De acuerdo con la ley, están en condiciones de acceder al extrañamiento una vez que cumplen la mitad de la condena impuesta por cualquier delito, siempre que no tengan otros procesos judiciales abiertos. O sea, pueden ser expulsados del país y se le da por cumplida la pena, según contempla la ley de Migraciones.
En todo 2018 fueron 23 los que se enviaron a sus países. El trámite comenzó a apurarse a partir de mayo y, según dijeron en el gobierno, hay otros 4 que tienen el trámite avanzado para completar el procedimiento.
La Provincia pretende acelerar este recurso para aliviar plazas en un desbordado Servicio Penitenciario, que tiene una superpoblación que roza el 40%.
Según la información oficial, de los 2.009 extranjeros en el sistema penal bonaerense, el 51,3% son paraguayos; el 17,66% son peruanos; el 9,14% uruguayos; el 8,87% bolivianos y el 5,21% chilenos. Completan la grilla, con porcentajes muy bajos, colombianos, dominicanos y brasileños, entre otros. clarÍn