19 sept. 2025

#Arbitrariedad e infantilismo

Carolina Cuenca

Se armó una polémica por las expresiones de participantes en el Seminario Internacional sobre Participación en la transformación educativa frente a nuevos contextos, organizado por el MEC, el Mercosur, junto con la Unión Europea y otros. Especialmente, llamaron la atención las intervenciones de los epistemólogos Humberto Maturana y Ximena Dávila, de Chile. Y la consiguiente respuesta del biólogo molecular, investigador y hoy viceministro de Culto Fernando Griffith.

De alguna manera el incidente ayuda a desnudar lo que siempre ha estado en juego en la educación, en general, y en la transformación educativa o en cualquier política educativa de turno que pretenda cambios. Se trata de la visión antropológica sobre el ciudadano al que deseamos educar o diciéndolo de otro modo: ¿Cómo somos vistos nosotros como personas por quienes inciden en las políticas educativas a nivel nacional e internacional?

Para ello, y debido el espacio reducido, acudo a las mismas palabras de los participantes del mencionado Seminario, no sin antes advertir que mi postura al respecto es que el señor Griffith ha sabido traducir con altura el mensaje que muchos pedagogos paraguayos queremos dar a los financistas y lobistas de agendas transversales, ideológicas y contrarias a nuestra identidad más profunda. Recuerdo también que la arbitrariedad es definida como una forma de actuar basada solo en el capricho y que este tiene que ver con el infantilismo y el victimismo. Y que existen grupos de poder con agendas arbitrarias que, gracias a este incidente, pueden visualizarse mínimamente.

Señora Dávila: “Nuestro propósito es una transformación educativa en Paraguay y una transformación educativa implica una transformación cultural, una transformación en el modo de pensar. Y también en esto está en juego la familia, no importa cómo esté constituida, una abuela con su nieto es familia, una pareja del mismo sexo son familia y, ¿qué es lo que es ser familia? La familia es un grupo de personas que viven en el placer de estar juntos, si no hay placer en la convivencia, no hay familia”. (A esto le sumamos que Maturana es conocido por expresiones tales como “existimos en el lenguaje”, el “aborto es un don divino” o “un embrión no es un ser humano”. Lo triste es que ni su formación en biología y filosofía lo eximen de ser valorado desde el simple sentido común, ni qué decir, de la enorme cantidad de bibliografía científica que existe sobre el estatus de embrión humano).

Doctor Griffith: “Como dijo que la familia es un espacio... Para nosotros va más allá, no solo como espacio de convivencia, es un modelo inspirador de valores, es donde se transmiten valores, y eso se inspira en la Constitución en el capítulo 49 y en el artículo 50 que hablan de la familia y de la importancia de la familia. Entonces, hay cosas que transformar y cosas que no transformar. Lo que hay que transformar es la violencia de no respetar opiniones ajenas, la exclusión todavía de un sector de la población. Para eso nosotros queremos una nueva educación. Antes esta institución se llamaba Ministerio de Educación y Culto, pero hoy se llama de Educación y Ciencias. Nosotros valoramos la ciencia como un método que nos permite tener una aproximación epistemológica honesta hacia la realidad. No pretendemos, desde luego, faltarle el respeto a nadie, por eso, conociendo su pensamiento, igual nosotros queríamos hablar de participación ciudadana porque consideramos que es importante para construir esos acuerdos, pero reitero, Paraguay es un país independiente, independiente también en ideas, de hecho nuestra Declaración de Independencia de 1842 die: ‘Paraguay en el Río de la Plata es una nación libre y soberana por siempre de todo poder extraño’. Entonces, nosotros pretendemos que nuestra educación sea una educación para justamente conservar cosas que consideramos que son buenas: El amor a la paz, el amor a la libertad, el amor a la Justicia y eso es lo que queremos hacer en Paraguay”.