Carlos Manuel Peralta
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Oficinas de pequeñas dimensiones, falta total de tecnología adecuada, biblioratos y expedientes por el piso, un solo ascensor, pinturas en mal estado, son algunas de las precariedades que se pueden observar en el edificio de una de las Unidades Fiscales más importantes, encargada de la lucha anticorrupción, el lavado de dinero, estafa y la lucha contra el crimen organizado.
Un equipo de ÚH pudo ingresar y constatar la enorme fragilidad en la que se manejan los agentes fiscales encargados de investigar hechos punibles muy complejos.
La UDEA, está ubicada en el centro mismo de Asunción, en un edificio de 8 pisos colindante al del Ministerio de Educación (MEC), y el alquiler del mismo es de G. 80 millones mensuales.
Allí, con solo 13 fiscales, se debe investigar la corrupción que pudieran darse en más de 260 municipios, 17 gobernaciones, instituciones del Ejecutivo, Ministerios, del Legislativo y del Propio Poder Judicial. A esto se le suma los casos de corrupción que pueden darse en los entes autónomos y autárquicos como las Universidades, la Contraloría, el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JM), el Consejo de la Magistratura (CM) y las personas físicas y jurídicas.
Cada fiscal cuenta con solo 2 a 3 asistentes, que deben manejar entre 60, 80 y hasta 200 expedientes de corrupción pública en una oficina de 3x3 y sin muebles adecuados, por lo que material y humanamente se hace imposible enfrentar al gran flagelo que es la corrupción con una absoluta precariedad en todos los sentidos.
Lo más llamativo sin dudas, es que algunos de esos asistentes fiscales ni siquiera poseen su oficina en el mismo piso en el cual se encuentra el fiscal, por lo que deben muchas veces subir y bajar las escaleras, o aguardar por varios minutos el único y pequeño ascensor con que cuenta el edificio y que tiene una capacidad solo para 3 personas. Tampoco existen escaleras externas que permitan evacuar en caso de incendio.
Los expedientes de corrupción pública, mucho de ellos vinculado a la clase política, adornan los pisos de cada oficina. Envueltas en cajas de cartón, yacen allí, esperando entre el polvo y el olvido.
“Hay veces en que anda y otras en las que no funciona el internet”, comentó una asistente al ser consultada al respecto mientras escribía una notificación sentada frente a una de las tantas máquinas informáticas ya obsoletas que abundan en las oficinas.
La falta de tecnología es una constante y una preocupación entre los agentes. La ausencia de interconectividad muchas veces dificulta el trabajo investigativo.
El sueldo de un fiscal de esta Unidad Especializada que se enfrenta a grandes esquemas corruptos y al dinero del crimen organizado oscila entre G. 12 a 15 millones, lo mismo que un fiscal ordinario. Además, no cuentan con guardia de seguridad.
Paraguay suscribió varios convenios internacionales en materia de lucha contra la corrupción como la ley 977/1996 y la ley 2535/2005, sin embargo, dichos compromisos no se cumplen.
Si hay algo en la que muchos agentes fiscales de la UDEA coinciden, es que no existe voluntad política para fortalecer esta unidad especializada.
“Hay una necesidad real”, admite fiscala
La agente fiscal de la Unidad de Delitos Económicos, Belinda Bobadilla, afirmó que si bien se necesitan más recursos humanos, el espacio en el que están se lo impide. La agente reafirmó su compromiso con la institución.
“El tema de la transparencia para mí es superimportante, no tengo nada que esconder, estoy haciendo mi trabajo y acá está, esto es lo que hice y estoy con esta dificultad, se necesitaría más, pero tampoco le puedo meter a más funcionarios teniendo este espacio físico, Delitos Económicos es mucho papel entonces en este mismo edificio uno tendría que tener dos personas por oficina porque hay que tener armarios, el resto de las carpetas también en un lugar accesible porque no puede ser que tengás que trasladarte al depósito para ir a buscar las carpetas y son cuestiones que tenés que estar trabajando, mientras que estemos así no puedo aceptar más funcionarios, sé que hay lugares que necesitan mayores necesidades, yo me arreglo con lo que estoy teniendo y la cantidad de peritos es ínfimo, es un problema porque a nivel país todo recae acá, hay una necesidad real de reforzar la Unidad y mejorar la eficacia”, dijo.