El delfín hembra Honey y 46 pingüinos fueron abandonados en el Parque Marino Inubosaki, Japón, luego de este cerrara sus puertas por falta de visitantes.
Honey sobrevive en una piscina pequeña, en donde apenas puede desplazarse. Los pingüinos la acompañan en un estado desolador, rodeados de escombros y cubiertos de polvo, informó el portal El País.
“El acuario cerró repentinamente a finales de enero. Un mes después, la gente vio a los animales en el recinto. Investigué y descubrí que las negociaciones para trasladarlos a su hábitat no progresaron”, indicó Sachiko Azuma, representante de la organización Peace.
Algunos animales del acuario corrieron con mejor suerte y fueron trasladados a otros zoológicos. Mientras, Honey y los pingüinos son alimentados por los empleados del parque.
A pesar de la buena intención de los trabajadores, los representantes de la institución Save the Ocean consideran que no es suficiente ya que las condiciones en las que viven no son aptas para ejemplares marinos.
Los activistas iniciaron una serie de protestas en el país nipón. Esperan que los animales sean trasladados a un lugar más adecuado y reciban las atenciones necesarias.