Actores económicos y analistas proponen una transición más corta entre el fin de un gobierno y el inicio de la nueva administración; ya que en la práctica, Paraguay experimenta siempre una brecha entre ambas instancias y genera ralentización económica. Aseguran que se evidencia actualmente un limbo en el que no se percibe circulante ni proyecciones hasta el 15 de agosto, producto de la falta de pago a proveedores.
Para el analista Amilcar Ferreira, el Estado retrae sus ejecuciones y el siguiente gobierno le pide que cuide la caja, sin gastar mucho.
“Afecta mucho que se espere tanto para la asunción de las nuevas autoridades. Esto genera un periodo en el que disminuyen las ejecuciones y la gestión misma del Estado”, explicó.
Un aspecto a considerar en esta transición y de cómo se plasmará la política económica del próximo gobierno es, a criterio de Ferreira, la cuestión de la deuda con proveedores. “Hay que arreglarla de una vez, ya sea vía un préstamo para pagar a los proveedores o arbitrando mecanismos como la venta de cartera a algunos bancos. Esto ya fue usado por el MOPC, Salud y otros entes”, sostuvo.
Particularmente, para la próxima administración el analista observa una incógnita en el sentido de que mucho del flujo de eventuales inversiones extranjeras dependerá del fortalecimiento institucional.
“La observación de las calificadoras es que las instituciones son aún muy débiles, sobre todo, el Poder Judicial. El grado de inversión estaría cerca de ser alcanzado, pero en gran medida dependerá de las señales y acciones concretas en el fortalecimiento institucional”, aseguró.
Hay que considerar que esta transición, a diferencia de las anteriores, experimentó más énfasis en la falta de circulante, incluso antes de las elecciones del 30 de abril pasado; ya que la percepción fue una incertidumbre en torno a cómo se desenvolvería el proceso eleccionario, con ingredientes como el señalamiento de Horacio Cartes y Hugo Velázquez como “significativamente corruptos”.
Una de las imágenes de arriba marca la evolución en cuanto a la capacidad de ahorro de las familias, notándose que en mayo y junio vino disminuyendo esa capacidad, según el BCP.
“El aparato estatal se ralentiza”
“Entre la fecha de elecciones y la de asunción al mando debe haber un tiempo más acotado”, a criterio del analista financiero Stanley Canova.
“Pongamos que no pase más de sesenta días ese periodo de transición. Existe demasiada incertidumbre y todo el aparato estatal se ralentiza, afectando los contratos vigentes, sus pagos y los nuevos llamados para licitación pública”, sostuvo el experto.
Con ese ritmo económico, dijo que recién a fin de año se empieza verdaderamente a mover la economía.