En el 2021, fue condecorado por el Gobierno de Francia con la Orden de la Legión de Honor por su incansable lucha contra la impunidad de los crímenes de las dictaduras militares latinoamericanas.
En junio del 2023, junto a José Agustín Fernández, recibió un reconocimiento de la Cámara de Senadores por “sus invaluables aportes para la recuperación, protección y puesta en valor” de los Archivos del Terror.
Figuras políticas y de la sociedad civil se pronunciaron en homenaje a Almada, así como organizaciones nacionales e internacionales. Es velado hasta este domingo hasta las 08:00 en el salón velatorio Futuro, ubicado en San Martín y Sucre, y se prevé que sus restos sean cremados y luego trasladados a un panteón familiar en el Cementerio de San Lorenzo.
TRAYECTORIA. Martín Almada nació el 30 de enero de 1937, en Puerto Sastre (hoy Puerto Esperanza, perteneciente al municipio de Carmelo Peralta), localidad ubicada en el Departamento de Alto Paraguay.
Creó el Instituto Juan Bautista Alberdi, que propició el acceso a la educación a su pueblo, y lo dirigió junto a su esposa, Celestina Pérez, de 1959 a 1974.
Con otros docentes, transformó el instituto en cooperativa y aplicó una estrategia que posibilitó la participación democrática, la autogestión y la educación socialmente productiva.
Estudió Pedagogía y Derecho, y fue el primer paraguayo en obtener un Doctorado en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, en 1974.
Se desempeñó como docente en la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Asunción y en la Universidad Argentina de La Plata.
PERSECUCIÓN. Su militancia social y escritos científicos publicados le valieron la persecución política en Argentina y Paraguay, específicamente luego de su tesis doctoral Paraguay: Educación y dependencia, en la Universidad Nacional de La Plata.
Dicha obra fue calificada de “subversiva y terrorista” por la Policía Federal Argentina, le valieron un arresto y prisión en condiciones inhumanas.
Estuvo encarcelado en calabozos policiales y en el campo de concentración de Emboscada por el régimen stronista, entre 1974 y 1978.
Sufrió torturas sistemáticas, que incluyeron a su primera esposa, Celestina Pérez de Almada, quien falleció de un infarto al escuchar las sesiones de torturas que sufrió Almada, y tuvo que ser enterrada en el patio de su casa por orden expresa de Alfredo Stroessner.
Luego de una prolongada huelga de hambre, y con el apoyo de instituciones como el Comité de Iglesias y Amnistía Internacional, finalmente, fue liberado.
Estuvo asilado en Panamá, donde se desempeñó como investigador, luego, se radicó en Francia e ingresó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y cumplió funciones de experto para la Unesco.
Almada escribió varios libros, artículos y poemas, bajo los seudónimos M. Zúñiga, José de Antequera y su propio nombre.
ARCHIVO DEL TERROR. Tras una larga búsqueda de 15 años para probar con documentos que había sido torturado durante la dictadura de Stroessner en la década de los 70, Almada logró hallar el famoso Archivo del Terror.
Acompañado de José Agustín Fernández, se trasladó hasta una estación de policía en ruinas en Lambaré, orientada por una colaborada anónima, y se encontró con documentos en los que constaban las torturas y otras atrocidades cometidas por el régimen militar, así como pruebas del denominado Operativo Cóndor.
“El 22 de diciembre (de 1992), descubrimos con el apoyo de la Justicia y la prensa nacional e internacional, tres toneladas de documentos, los llamados Archivos del Terror de la Operación Cóndor. En el mismo momento de su descubrimiento, se decidió su inmediato traslado al edificio de los Tribunales de Justicia. Desde entonces, nos esforzamos sin descanso por salvaguardar físicamente el archivo y, al mismo tiempo, por facilitar a los historiadores el acceso a su documentación”, recordó Almada en una entrevista brindada a Última Hora.
Entre los varios reconocimientos que recibió a lo largo de su vida, el 10 de octubre de 2002 se le otorgó el premio Righ Livelihood 2002, concedido por la Fundación para el Correcto Modo de Vida, de Estocolmo, Suecia, y considerado como un Premio Nobel Alternativo.