El primer reclamo por parte de César Ruiz Díaz, empresario del transporte, fue contra la incapacidad del gobierno anterior por la falta de pago del subsidio que asciende a G. 115.000 millones.
Alegó que ese retraso hace que las condiciones del servicio no puedan mejorar. En cuanto a la tarifa del pasaje, mencionó que con la baja de combustible se podría reducir hasta G. 250, pero que será una decisión política.
El viceministro del Transporte Guido Benza alegó que el impacto no se registraría en el bolsillo del usuario sino en el subsidio.
Surgieron varias propuestas por parte de los senadores. Lizarella Valiente planteó la posibilidad de que el subsidio sea un beneficio directo para los usuarios.
Basilio Núñez se enfocó en las empresas de transporte de corta, mediana y larga distancia, que, a su criterio, de forma automática deberían reducir el pasaje.
El liberal Eduardo Nakayama, quien no participó de la reunión, pero fue consultado sobre el tema, refirió que corresponde bajar el precio de la tarifa del pasaje, y desacreditó a Ruiz Díaz, alegando que “se ha demostrado cómo opera la mafia del transporte con pasajeros fantasmas”.