Mucha gente ya se enojó con la campaña Abrazo republicano, iniciativa del senador colorado Juan Carlos Galaverna.
Se trata de una colecta para ayudar a los damnificados y tengo entendido que en un día recaudaron como un millón de dólares.
Pero resulta que ahora también piden ayuda a través de mensajes de texto.
“Sumate a la campanha Abrazo Republicano a beneficio de los damnificados por inundaciones. Responde con la palabra ABRAZO y selecciona el monto a donar”, reza el mensajito que miles hemos recibido en estos días en nuestros teléfonos celulares.
En las redes hubo reacciones, pero la respuesta no fue precisamente con la palabra abrazo. Y no reproduzco los comentarios porque estamos en horario de protección al menor.
A la gente le enoja el proselitismo que se hace con las necesidades de los damnificados.
Se cuestiona que un parlamentario, que lleva 25 años siendo parlamentario, salga a pedirle plata a la ciudadanía para ayudar a los pobres; pobres que no existirían si en los 61 años de gobiernos colorados hubieran creado e implementado políticas públicas para que ningún paraguayo tenga necesidades.
¿Cómo será perder todas tus cosas, tu espacio, tu jardincito?, y tener que mudarte a una casilla de madera terciada en el patio de un cuartel.
¿Cómo será eso de tener que compartir el baño con 150 personas? ¿Cómo se siente uno al tener que abandonar a su perrito porque en el campamento están prohibidos los animales?
Para buscar respuestas, el otro día desde ÚH hablamos con el arquitecto Gonzalo Garay, y él volvió a recordar la solución definitiva a la problemática, que está guardada en un cajón desde 1993. Y que por cuestiones políticas siempre se pospuso.
Se trata del Plan Maestro de la Franja Costera, que propone un proyecto integral e inclusivo para los bañados Norte y Sur y contempla la relocalización de toda la franja a lo largo de la ribera del río.
Este plan es viable, pero a los políticos no les importa. Quizá no les conviene prescindir de esa gente a la que ellos van a visitar para hacerse una foto y alzarla al Facebook. Aquellos a quienes tiran una bolsa de galletas y agua con etiqueta de la ANR, y después en las elecciones les dan sus votos, a cambio de sus mentiras o de un 50 mil.
Los pobres ya tuvieron bastante de populismo y necesitan que los políticos les ofrezcan algo más que un abrazo republicano.
Y un día de estos, se les puede acabar la paciencia.