El Decano salió al campo para llevarse por delante a Capiatá. Repitió la propuesta táctica (4-1-4-1) y la actitud del juego anterior contra Nacional, pero la intención de ser dominante y punzante en ofensiva se diluyó rápidamente.
Enfrente tuvo a un equipo de Capiatá bien parado y decidido a contrarrestar la propuesta franjeada, utilizando toda herramienta posible. El cuadro de Humberto García pegó mucho y recurrió a todo tipo de argumentos para tornar lento el trámite del partido, limitando a Olimpia, que quiere tener como bandera futbolística la dinámica y el buen manejo de balón.
Pasados de revoluciones, ambos equipos fueron demasiados imprecisos. Apenas dos ocasiones claras para convertir se vieron en el primer tiempo. Uno para cada lado.
CAMBIO DE RITMO. En la complementaria, Arce, de movida, puso a Jorge Salinas, buscando mayor velocidad y desbordes. Lo consiguió por un lapso de 10 minutos, hasta que nuevamente García contrarrestó el plan de Chiqui, poniendo en campo a Diego Godoy para neutralizar la salida de Aranda y evitar que este se asocie con Salinas.
El partido cayó en un ritmo cansino y enredado. Parecía que el empate sería el resultado final. Los franjeados no perdieron la fe y fueron premiados en el último pestañeo.