En octubre del año pasado se dirigía a la sede administrativa del Parque Nacional Defensores del Chaco (PNDCh), para reemplazar a Silvino González, que cada mes viaja a Asunción.
Al pasar el Destacamento Militar 4 de Mayo, a unos 70 km de Madrejón, tuvo un accidente que lo dejó inconsciente en el camino.
Se cayó de la moto alrededor de las 23.00 de un domingo. Permaneció tendido en la tierra, hasta las 12.30 del día siguiente.
Los militares lo encontraron acostado en el suelo. Se salvó de milagro para contar su desgracia con suerte.
“Según los doctores me agarró derrame parcial en el cuerpo”, contó al equipo de ÚH durante la visita al PNDCh.
Los uniformados le alzaron y le acercaron hasta el destacamento. Lo derivaron a Mariscal Estigarribia y luego a Asunción, donde estuvo una semana en terapia intensiva.
Permaneció unos diez días inconsciente. “Me fui a la ciudad de Curuguaty, a la casa de mi madre, y trece días después de mi accidente, apenas conseguía caminar y estaba retrocediendo mi memoria”.
Relata que ni siquiera recordaba cómo llegó a su ciudad natal, donde se quedó hasta enero último.
Sergio, de 35 años, vive con su esposa e hijos en la reserva. Ahora se recupera lentamente, aunque se nota que sigue afectado por los golpes sufridos en el percance.
Cuando camina o mueve los brazos lo hace casi con torpeza, con la misma morosidad de un anciano; y al hablar articula pausadamente las palabras.
Está medicado y a finales de marzo debe volver a capital para realizarse nuevos estudios de la cabeza, según dijo.
Coincide con Silvino, su jefe, en que accidentes como estos ocurren porque ellos están prácticamente solos en la reserva. Recién este mes se incorporarán cuatro nuevos guardaparques al PNDCh, de los 45 que fueron contratados a finales del año pasado por la Seam.
Tres quedarán en Madrejón y tres irán a Lagerenza’i. Mientras, los puestos de control de Pablo Lagerenza, Juan Godoy Jurado (a 4 km del cerro León) y Cruce Yaguareté, en Agua Dulce, siguen abandonados.