“El Anexo C no tiene nada que ver con las obras. Sí se menciona en esa reversal de forma genérica, la construcción de nuevos emprendimientos hidroeléctricos y la modernización de la central, pero de ninguna manera dice que se tiene que modificar el anexo B”, explicó el director a los medios de prensa este jueves.
El Anexo B es el que da el listado de obras y autoriza al Consejo de Administración a modificarlo “y eso ya se hizo en el año 2000. Esta es la cuarta vez que se está licitando Aña Cuá”, recordó.
El Anexo C establece que el monto de la deuda que la EBY debe pagar a la Argentina es de USD 3.805 millones, teniendo en cuenta las deducciones que hicieron por los ejercicios 2016 y 2017.
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Para el pago se otorgará un plazo de 30 años y los primeros 10 serán de gracia, de manera que las amortizaciones se empiecen a hacer en el 2029.
El encargado de la EBY mencionó que el arreglo de la deuda, como figura en la nota reversal que se firmó en septiembre del año pasado entre los cancilleres de Paraguay y Argentina, se tratará en algunas semanas más en el Parlamento paraguayo.
Para Recalde, el proceso de selección de los licitantes para la construcción de la hidroeléctrica será exitoso porque consideró de primer nivel a las empresas que se presentaron el miércoles último durante la recepción de sobres.
Considera que el desafío del próximo Gobierno con la binacional será netamente la parte técnica, como recuperación de máquinas, que esperan que culmine en el 2027 aproximadamente.
“Lo importante es que cuando Paraguay necesite al 100 por ciento de esa central, la misma esté en condiciones”, aseveró.
Agregó que tampoco el nuevo Gobierno debe olvidar el compromiso social con las más de 10.000 familias a las que se sigue asistiendo, así como el compromiso con el medio ambiente.