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Guaraní aguantó bien la presión de Racing, que manejó el balón y tuvo las mejores posibilidades. Fue un inicio con mucha dinámica de los de Avellaneda.
El orden de Guaraní a medida que transcurrían los minutos se impuso a la ansiedad del equipo local y de un estadio colmado de aficionados argentinos.
Alfredo Aguilar estuvo muy bien cuando le tocó intervenir, pues en dos ocasiones se quedó con los balonazos de Luciano Aued, que fue el jugador más movedizo y peligroso que llevó al área visitante.
La presión que impuso el Legendario no le gustó a Racing. En una jugada, con un error de la defensa local, Alberto Contrera peleó un balón, el defensor Aued entregó corta y dejó en un mano a mano a Palau con el portero Sebastián Saja; el volante fue objeto de una falta y Saja vio la roja. Ingresó Ibáñez. Julián Benítez se encargó de la ejecución, pero su disparo fue desviado por el recién ingresado Ibáñez.
El Aurinegro realizó un gran trabajo en la contención. Hizo que el adversario se complicara para llegar con posibilidades. Además, a esa altura del partido, Alfredo Aguilar ya era la figura de su equipo y de esta manera justificó plenamente su inclusión en la lista de la Selección Nacional.
BUEN TOQUE. El Legendario mantuvo su buen toque en el medio y de esa manera escondió el balón del adversario, que estaba con un hombre menos. Guaraní no cambió de sistema, y en ningún momento estuvo apurado y sí lo que hizo fue tratar de mantener la pelota lo más lejos posible de su área. Guaraní, con un trabajo silencioso, pero efectivo, se instaló entre los cuatro mejores de América, en la Copa Libertadores.