A solo una semana de las elecciones presidenciales, los candidatos principales Mario Abdo Benítez (ANR) y Efraín Alegre (Alianza Ganar), afinan y reacomodan sus discursos para fidelizar a sus votantes o para evitar fugas de último momento. También caminan a tientas, para evitar los imponderables, esas situaciones inesperadas que pueden complicar el último tramo de la campaña. El panorama está tranquilo y no se avizora en el horizonte ninguna crisis ni temores en cuanto al proceso electoral.
En materia discursiva, el candidato colorado no planteó novedades ni propuestas disruptivas, dando a entender que seguirá la senda marcada por Horacio Cartes y otros gobiernos colorados. En la campaña interna fue más abierto con fuerte mensaje sobre la institucionalidad y la lucha contra la corrupción, pero apenas ganó se metió en el caparazón partidario y su mensaje apunta solamente al electorado republicano.
La militancia está de fiesta. Volverán el pañuelo colorado, la conscripción partidaria para ocupar cargos y hasta los incómodos concursos, que en la mayoría son farsas, pero que en cierta forma permitió el ingreso de algunos profesionales independientes. “Vamos a borrar el concurso externo para que ingresen directamente los hijos e hijas de correligionarios”, bramó Rubén Alderete, hermano del poderoso jefe de campaña, José Alberto Alderete, anunciando el réquiem de uno de los procesos más complejos como es la profesionalización de la función pública.
Su propuesta más polémica es la resurrección del servicio militar obligatorio como solución a la problemática de las madres solteras que no pueden controlar a sus hijos, especialmente aquellos que navegan entre la delincuencia y la falta de empleo. Desató tal polémica que tuvo que salir a aclarar sus palabras, sin apearse de su propuesta.
El candidato de la oposición también se vio obligado a esclarecer su posición con respecto a un tema que se coló con fuerza en la campaña como coletazo de la “ideología de género": el aborto y el matrimonio igualitario. Si bien Efraín siempre se manifestó en contra de la unión de personas del mismo sexo, sin embargo abrió una compuerta cuando en diciembre del año pasado señaló textualmente en un tuit: “Yo creo en el matrimonio entre el hombre y la mujer, como lo dice nuestra Constitución, pero eso no significa que desconozca una realidad y me comprometo en crear una solución para encontrar una figura jurídica que proteja el patrimonio de las parejas”.
El conservadurismo religioso implosionó como nunca antes en una campaña y la posición rotunda del candidato colorado en estos temas y la evidente pérdida del voto de sectores conservadores obligaron a Alegre a cerrar esa compuerta. Ante las cámaras, flanqueado por su familia y grupos provida, firmó un compromiso para “respetar, proteger, defender y promocionar la vida, desde la concepción hasta la muerte; la familia, conformada por el hombre, la mujer y los hijos...”. No se sabe si recuperó la confianza de algunos votantes, lo claro es que se alejó de una postura histórica del Frente Guasu y de los votantes progresistas.
ACORRALADOS. Otro polémica de la semana fue la Fuerza de Tarea Conjunta. Luego de la desprolija visita a la madre y esposa del policía Edelio Morínigo llevando un panfleto del EPP que insinúa la muerte del secuestrado, los uniformados realizaron ataques aéreos en una estancia de Concepción para atrapar supuestamente a los principales líderes del EPP. Pero el aparatoso operativo finalizó sin éxito, reafirmando la acusación sobre la incompetencia de militares y policías para este cometido y alimentando las versiones sobre una supuesta cortina de humo para encubrir la decisión de la Corte suprema de Justicia que habilitó la candidatura a senador de Cartes.
El nuevo fracaso de la FTC vuelve a poner en foco su existencia. Con una baja estima ciudadana, también es tema del debate presidencial. Mario Abdo va a fortalecerla y asegura que permanecerán en el norte “hasta derrotar al grupo criminal”, mientras que Efraín decretará su caducidad y propone una fuerza especializada para el efecto.
CORTESANA. La Corte Suprema de Justicia jugó un rol político clave en todo este mandato, alineada a los intereses del presidente Horacio Cartes. Su última decisión fue habilitar su juramento (junto a Nicanor y Afara) como senadores activos. Con esta sentencia, la Corte anuló el artículo 189 de la Constitución donde señala que los ex presidentes democráticamente electos “serán senadores vitalicios”. A partir de ahora el verbo “será" debe entenderse “si quiere ser”.
El fallo lleva la firma de la ministra Alicia Pucheta, quien ni siquiera se inhibió por decoro y delicadeza, teniendo en cuenta que es la candidata de Cartes para llenar la vacancia de la vicepesidencia.
Esta decisión altera la última semana de campaña. Cartes está testando el clima electoral para decidir si renuncia en junio o cumple su mandato y asume la senaduría activa el 16 de agosto. El domingo próximo se aclarará el panorama. Si la ANR y sus satélites logran una mayoría cómoda en el Senado para permitir su juramento, irá hasta el final de su mandato, pero si se cumplen los vaticinios de las encuestas que anuncian pérdida de bancas del partido de gobierno, renunciará al cargo para jurar el 30 de junio con los otros 44. Sin embargo, esto tampoco será fácil. Fernando Lugo, presidente del Senado y ante quien deben jurar los electos, anunció que no tomará juramento a Cartes, Afara y Nicanor. “Voy a cumplir la Constitución Nacional como prometí. Si no pueden ser candidatos, la Constitución dice que no. Yo no voy a convocar a ninguno que no pueda ser candidato”, sentenció Lugo.
Esta noche se realizará el único debate presidencial organizado por Desarrollo en Democracia (Dende). Una buena oportunidad para ver y escuchar las propuestas de Marito y Efraín, calibrar sus liderazgos, evaluar la historia de cada uno y ver a quién representan, más allá de sus palabras. Un duelo que servirá especialmente a aquellos votantes que aún dudan a cual de los dos le dará el cheque en blanco pagaderos a cinco años de plazo.