A petición de la Justicia estadounidense, siete representantes de la FIFA fueron arrestados a las 6.00 (4.00 GMT) en el hotel de cinco estrellas Baur au Lac, sospechosos de haber recibido 150 millones de dólares desde los años 90, gracias a su posición poderosa en el fútbol.
Justicia suiza. La Fiscalía suiza hizo cundir el pánico cuando entró en la sede de la instancia internacional en busca de documentos concernientes a la atribución de las Copas del Mundo de 2018 y 2022 en Rusia y Catar, respectivamente.
Mucha presión. El jueves 28 de mayo, la presión era máxima sobre Blatter. “Vete”, tituló el Bild en Alemania; “FIFA Nostra”, fue la portada del diario francés Liberation.
En Moscú, Vladimir Putin acusó a los Estados Unidos de utilizar a la Justicia para “impedir la reelección” de Blatter. “Es una violación muy burda de las reglas de funcionamiento de las organizaciones internacionales”, declaró.
François Hollande en Francia, David Cameron en Londres, entre otros jefes de Estado, se declararon a favor de un aplazamiento de las elecciones.
Mientras, Platini desveló que pidió a Blatter que dimitiera. Pero nada surtió efecto, y las elecciones se celebraron al día siguiente.
Reelecto. A las 17.00 del viernes 29, en el 65º Congreso de la FIFA, la votación dio a Blatter el quinto mandato, consiguió 133 votos por 73 del candidato jordano, el príncipe Ali, en la primera vuelta.
Ali se retiró antes de que comience la segunda vuelta y dejó vía libre para la reelección de Blatter.
Al día siguiente Blatter denunció una campaña de “odio” contra él, liderada por la UEFA y EEUU. El domingo, Sudáfrica reconoció que recibió USD 10 millones de FIFA y finalmente ayer Joseph Blatter anunció su dimisión.