En el Colegio Teresiano, el presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, monseñor Claudio Giménez, exhortó a los consagrados a rezar por la Iglesia nacional para restablecer la paz dentro de la cúpula eclesial. “Que se haga la voluntad de Dios”, dijo el obispo de Caacupé al referirse a la visita apostólica enviada por el papa Francisco.
“Da mucha paz y seguridad la presencia del cardenal y el obispo auxiliar de Montevideo, cada cual en su campo harán los trabajos que el Papa pidió. Vamos a estar esperando”, dijo Giménez al referirse a los resultados de la intervención.
El obispero se agitó entre mayo y junio pasado luego de publicarse un reportaje en la cadena NBC, en el que se acusaba al cura argentino Carlos Urrutigoity –acogido por Livieres en la Diócesis del Este desde 2005– de supuestos abusos sexuales en la diócesis de Scranton, en Pensilvania, Estados Unidos.
Intervención. Monseñor Livieres conversó en privado por primera vez con el cardenal. El hermetismo en los lugares donde se movieron los enviados del Vaticano fue total en el segundo día de la visita apostólica que comenzó con una misa en la capilla privada del Obispado del Este.
Santos Abril y Castelló presidió la eucaristía concelebrada por monseñor Tróccoli y Livieres. Luego, se reunió por primera vez con el polémico obispo a solas.
Abril y Castelló se juntó después en el Obispado con los decanos párrocos y con el Consejo Presbiteral de la Diócesis. El cardenal conversó con los sacerdotes de las áreas pastorales. Los religiosos comentaron al enviado del Papa todo lo que consultaba con respecto a la diócesis y su funcionamiento.Por otra parte, Tróccoli visitó el Seminario mayor.
Santos Abril y Castello tras concluir su jornada de trabajo en el Obispado pidió a los sacerdotes y laicos que los acompañaron que sigan trabajando por la Iglesia.