Actualmente Rubén tiene 2 años y 2 meses, vive en una humilde vivienda de 8º Encuadre Maracaná, en el departamento de Canindeyú, donde gracias al ingenio de su padre sigue sobreviviendo en medio de las precariedades.
Gabriel dice que la dificultad se agrava ya que en dichas condiciones no puede trabajar porque el cuidado de su hijo requiere de exclusividad.
“Solo duerme con calmante y a veces no tengo para comprar, y entonces no dormimos”, refiere el hombre.
Los medicamentos que permanentemente debe comprar para que el pequeño se mantenga estable es
Baclofeno de 10 y de 25 mg y Levetiracetam, que cuesta G. 150.000. Aparte, debe comprarle pañal desechable y alimentos a base de leche, cereales, entre otros, ya que solo consume nutrientes licuados.
El sufrido padre clama ayuda a la ciudadanía para solventar el costo de la resonancia magnética que se debe realizar el pequeño, cuyo costo es de G. 5.000.000, monto que le es imposible conseguir.
Para el efecto, Gabriel Segovia deja el número de contacto (0984) 440-117 a quienes deseen colaborar con la causa.