Apenas tres prácticas de fútbol antecedieron a este juego bajo el mando del nuevo DT y no tardó el equipo decano en entusiasmar a su público.
En el nuevo Olimpia ya se vieron variantes muy puntuales. El equipo fue más corto. Las líneas se juntaron y con eso los movimientos colectivos, ya sea para defender o atacar, fueron favorables a Olimpia porque casi siempre tenía mayoría de hombres en las diferentes acciones. No se corrió mucho para recuperar las segundas pelotas y tampoco para generar sociedades en ataque y eso sirvió para dosificar energía. Cómo pocas veces en el año, el Decano terminó con resto físico el juego.
Salgueiro jugó un gran primer tiempo. Arce lo ubicó por detrás de los volantes visitantes y muy cerca del área rival.
Hay muchos vicios por combatir, especialmente a la hora de defender y salir jugando desde atrás. Los centrales, algunas veces no se mostraron como opciones de salida y cuando el equipo estaba en zona de definición, no achicaron en la medida que exigía el Chiqui. Eso queda como cuenta pendiente.
También jugó. La propuesta de Pablo Caballero colaboró para que el juego sea abierto, intenso y bien jugado.
El DT luqueño realizó cambios posicionales y de esquemas, de acuerdo a las exigencias del rival.
Fue una jornada de muchas emociones, de muchos y buenos goles. William Mendieta desniveló el juego, con un golazo, rematando desde la mediacancha.