El sociólogo y ex senador José Nicolás Pepito Morínigo ve una falta de recambio en la política local que permita el acceso de los jóvenes a los cargos electivos, a pesar de la mayoría de hombres y mujeres jóvenes que cada año engrosan el padrón nacional.
Según su análisis, esta situación se debe a problemas estructurales de una falta de instrucción adecuada que pasa por problemas históricos y sociales e incluso colisiona con mandatos de la Constitución.
Morínigo explicó que con esta realidad los partidos políticos tradicionales no tienen un mecanismo de inserción de los jóvenes en el marco político. Subrayó que la aparición de nuevas figuras políticas en el ámbito local opera a través de las familias y no de los partidos políticos, resaltando que en dichas familias no se da precisamente una escuela de ideologías o estrategias políticas que vayan educando al próximo líder o dirigente.
Despolitizada. El ex legislador indicó que al no darse ese mecanismo “vamos hacia una sociedad despolitizada o mal politizada” que opera con mecanismos tradicionales y referencias que dejan de lado los modelos nuevos que puedan llevar al cambio estructural de la sociedad.
Morínigo, quien fue constitucionalista, indicó que la Constitución, en su artículo 124, establece que “los partidos políticos son personas jurídicas de derecho público. Deben expresar el pluralismo y concurrir a la formación de las autoridades electivas, a la orientación de la política nacional, departamental o municipal y a la formación cívica de los ciudadanos”.
“Esa formación cívica por parte de los partidos no se da”, subrayó.
Indicó que tampoco se da a nivel de la educación tradicional. “No se hace en la universidad, en los colegios ni el las escuelas”, puntualizó.
Recordó las grandes protestas juveniles de los años 60 y 70 y manifestó que esa corriente “se paró” luego del golpe del 89, y que desde ese momento la juventud adoptó una postura de “mirar desde afuera”, para ver que no se dieron los cambios estructurales esperados por los diferentes sectores de la sociedad paraguaya.
Retornando a la actualidad, Morínigo destacó que el presidente Horacio Cartes, con todo el poder que tiene, crea la idea de un nuevo rumbo “que va finalmente al viejo rumbo del stronismo, pero con un toque modernizante”, conformado por sectores que podrían denominarse como una “burocracia ilustrada” enarbolada por sus administradores metidos a políticos.