Cuando el 2 de mayo, cerca de la medianoche eran verificados en el puesto de control policial Nº 8 de Concepción, de la ruta Gral. Rafael Franco, seis camiones refrigerados repletos de carne brasileña que iban al frigorífico Concepción, no se sabía que la intervención policial destaparía uno de los mayores escándalos cuyos efectos podrían dañar en forma irreversible la imagen del país como exportador de carne.
El affaire del contrabando del frigorífico, del brasileño Jair de Lima, acabó por tumbar al ministro de Agricultura, al titular de Aduanas y dejando en la cuerda floja al titular del Senacsa, quien por estar de viaje tal vez atrasó su caída. Para Hugo Idoyaga en estos momentos París no es una fiesta.
El caso desató una crisis de gabinete donde resalta el ministro Gustavo Leite, quien se posiciona como ganador de este pleito, golpeando duro a la ARP y a Juan Carlos López Moreira, padrino político de Nelson Valiente, quien como nadie duró casi todo un periodo presidencial en la mina de oro de Aduanas.
EL CASO. La importación de carne no está prohibida, pero solo si es para consumo interno. El frigorífico Concepción lo venía haciendo para el mercado de las hamburguesas. En lo que va del año ya importó un total de 7.362 toneladas de carne, pero Senacsa solo tiene registro de 3.600 toneladas.
La intensa importación levantó sospechas en un sector ganadero que teme que el brasileño haya hecho triangulación, o sea que en la exportación haya metido la carne brasileña como stock paraguayo lo cual podría echar a perder el statu sanitario y arriesgar el mercado internacional. El frigorífico de Jair básicamente exporta al mercado ruso, que ya le dio el portazo tras el escándalo.
La compleja trama revela una red de relaciones económicas y políticas. Entre ellas, la de Jair de Lima y Luis Villasanti, titular de la ARP, en una casa de créditos, lazo que utilizó el ministro Leite para disparar en su contra.
Desde el sector ganadero señalan que este pleito está contaminado por la ojeriza visceral de Leite contra Villasanti. Las diferencias son muchas, una de ellas el debate por el Instituto de la Carne que promueve la ARP, pero que rechazan el MIC y la Cámara Paraguaya de la Carne.
La ARP ha perdido con esta crisis dos hombres claves en el Gobierno: el titular del MAG, Marcos Medina, un técnico de larga trayectoria es yerno del ganadero Tito Núñez. Cuando Juan Carlos Baruja dejó el cargo, la poderosa Rural logró instalarlo allí. Aunque sin responsabilidad directa en el caso, el viceministro Marcelo González también cayó. Su “pecado es ser yerno de Villasanti”, evaluaron desde el MAG para ratificar que el caso está “contaminado por los odios de Leite que convencieron al presidente”.
El titular de Senacsa tiene los días contados. Leite y el flamante ministro de Agricultura, Luis Gneiting, señalaron que Idoyaga tiene mucha responsabilidad en el affaire. De hecho, la carne entró sin autorización de la institución.
OTRAS HIPÓTESIS. El abogado y vocero del frigorífico, el ex juez Pedro Ovelar, no duda de que aquí hay una operación despojo. “Desde la Asociación Rural del Paraguay y la Cámara de la Carne fueron a destruirle al frigorífico. Eso demuestra que están interesados en sacar de la cancha al jugador número uno”, aseguró en medio de críticas por la “exagerada sanción”.
Se lanzan sospechas sobre una guerra comercial. Luis Pettengill, dueño de frigorífico Guaraní no se guardó nada y calificó al brasileño como “delincuente común y silvestre que debe ir a la cárcel para que Paraguay reciba el respeto que se merece”. Cartes es uno de los ganaderos más importantes del país y por ello también se lo apunta como interesado.
Una fuente gubernamental señaló que Jair siempre actuó como un “bandeirante colonizador” desde que recaló en el país en los 90, que nunca respetó a las autoridades y que se le subieron los humos porque apostó fuerte al caballo ganador. Esta condición lo envalentonó para meter la carne evadiendo los controles. Porque como dijo su abogado Ovelar, el permiso de Senacsa es apenas un “sellito y un papel”, y que se arriesgaron a meter los camiones porque iban a regularizarlo al día siguiente, probando que manejan el escenario a su antojo.
FACTURAS POLÍTICAS. En esta guerra de alto voltaje económico no faltan las aristas políticas. En el Gobierno dicen que Medina fue el primero en ponerse a disposición de Marito porque pretende ir a Senacsa, el ente estatal bajo dominio de la ARP.
Y que la decisión de cortar cabezas es un reposicionamiento de Cartes para señalar que sigue teniendo la lapicera para aquellos que ya quieren agachar la cabeza ante el presidente electo.
Aún no se sabe el final de las historia y advierten que los efectos más devastadores de las ondas expansivas pueden ser peores. Si quiebra la empresa, se avecina un terremoto en la bolsa y el mundo financiero.
Pero si otros países, y especialmente Chile, cierran sus puertas ante sospechas de triangulación, será una catástrofe porque el efecto dominó destruirá el posicionamiento paraguayo en el mercado mundial de la carne, volviendo a fojas cero.
Más allá de las teorías conspiraticias, este escándalo dio un oxígeno al presidente Cartes, abrumado por otro escándalo de mayor envergadura: el caso del lavado de dinero de su hermano del alma, el prófugo Darío Messer.