En un congreso internacional sin precedentes, Arnaldo Ricardo De La Cueva, un joven privado de libertad, hizo una exposición compartiendo su historia de búsqueda de una segunda oportunidad de reinsertarse a la sociedad. Contó cómo la educación universitaria le cambió la vida y está a punto de ser un flamante abogado.
El seminario, centrado en los 10 años del Código de Ejecución Penal, fue el escenario perfecto para que Arnaldo compartiera su experiencia. “Quiero hablar de la vida después del error, qué pasa cuando una persona cumple su condena y busca una segunda oportunidad”, comenzó diciendo.
Reconoció que, en Paraguay, la tasa de reincidencia sigue siendo un desafío constante, pero que el Código de Ejecución Penal “ve la educación, no como un simple pasatiempo carcelario, sino como el pilar fundamental como una verdadera reinserción”.
Con una convicción que conmovió a los presentes, Arnaldo habló de la educación como un camino hacia la dignidad y una sociedad más segura. “Se convierte en un motor de cambio. Siembra habilidades y esperanza”.
POR SER ABOGADO. Después de cuatro años de estudio en la Unidad Penitenciaria Industrial Esperanza (UPIE), Arnaldo está a punto de culminar su carrera de Derecho y hoy se siente un hombre nuevo.
“Cuando caí preso, pensé que mi vida había terminado. Ya no merecía ser tratado como persona, pero ellos (los funcionarios del penal) me devolvieron las ganas de seguir, o querer superarme”, contó frente al auditorio.
Casi una década después de estar en prisión, Arnaldo está a punto de recuperar su libertad y se convirtió en un ejemplo de cómo la educación y el trabajo pueden transformar la vida de una persona.
Él había sido sentenciado a 15 años de cárcel y le faltan seis años para completar; o le faltaban, ya que la jueza de Ejecución Silvia Knoop le otorgó ahora un perdón de 324 días de su condena, lo que le permite solicitar salidas transitorias los fines de semana para afianzar vínculos familiares.
El joven reconoció que un problema fuerte que sigue persistiendo cuando uno compurga su pena, el de cargar con “ese estigma de ser la escoria de la sociedad”. Pero ya él no cree que sea así.
“Cambié como persona, ya no creo que mi vida terminó después de la condena”, contó.
CONVENIO. UPIE firmó hace unos años un convenio con la Universidad Autónoma del Sur (Unasur) para ingresar carreras de Derecho y Administración de Empresas. Este año, ya egresan los primeros licenciados.
“Nosotros los de Derecho culminamos el próximo año si Dios quiere”, dijo Arnaldo muy emocionado. “Quiero seguir trabajando en la reinserción en la penitenciaría, porque hay personas que necesitan un cambio, y es algo muy difícil de lograr”.
La jueza Knoop habló de la redención como un reconocimiento a su esfuerzo.
“Es un beneficio para que continúes con esa carrera. Vas a ser colega de muchos acá, y espero poder leer que sos el próximo juez de Ejecución y alguna vez, a una persona como vos, le des este regalo”, dijo emocionada.
- Quiero seguir trabajando en la reinserción. Hay quienes necesitan un cambio, y es algo muy difícil de lograr. Arnaldo De la Cueva, interno.
- Es un beneficio para que continúes con esa carrera. Vas a ser colega de muchos acá, y espero leer que sos el próximo juez de Ejecución y alguna vez, a una persona como vos, le des este regalo. Silvia Knoop, jueza de Ejecución.
¿Qué es la redención?
El artículo 120 del Código de Ejecución Penal describe que los condenados a una pena mayor a 3 años que cumplen ciertos requisitos podrán ser beneficiados con la “redención ordinaria”, restando un día a la condena, por cada tres días de trabajo o estudio.
Los requisitos son estar en periodo de tratamiento, en un establecimiento cerrado ordinario o semiabierto y que tengan conducta “muy buena”.