EFE
El paro y los cortes de ruta en La Paz y en la vecina ciudad de El Alto obligaron a las universidades y a los colegios a cerrar sus puertas, mientras que otras actividades administrativas y comerciales se desarrollaron con dificultades, constató Efe.
Los conductores cruzaron sus autobuses y minibuses en al menos 20 calles y avenidas del centro y el sur de La Paz y también obstaculizaron la autopista que se dirige hacia El Alto, donde está el aeropuerto que sirve a ambas ciudades.
La huelga coincide con la celebración en la sede del Gobierno boliviano de la XVII Asamblea de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), que reúne al menos a 22 autoridades municipales, entre ellas a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
Las protestas rechazan las medidas que aplica el alcalde de La Paz, Luis Revilla, para regular el precario servicio de transporte que dan los sindicatos, del que los paceños se quejan siempre.
Tras inaugurar el encuentro de alcaldes junto con Carmena, Revilla dijo que las autoridades municipales le han expresado su solidaridad porque conflictos parecidos son comunes en los países.
“En todo el mundo se producen estas dificultades y por supuesto no era posible suspender esta reunión internacional porque estaba planificada con seis meses de anticipación”, dijo el alcalde.
Agregó que se continuarán aplicando las medidas de control y las multas a los infractores de las normativa dictada para transformar el servicio del transporte de pasajeros.
Según el alcalde, a diferencia de los manifestantes, una “buena parte” de los conductores aceptó la regulación y mejoró su servicio.
“Lo único que han logrado los transportistas es perjudicar a la población y perjudicarse ellos mismos, pero no habrá ningún cambio en el gobierno municipal”, sostuvo.
Uno de los altos dirigentes de la Federación de Chóferes Primero de Mayo, Mario Silva, declaró a los medios que las medidas de la alcaldía están afectando su derecho al trabajo porque el municipio restringe la circulación de los vehículos si no pagan sus multas.
“Hemos instruido que la movilización sea pacífica, pero la bronca es grande contra la alcaldía”, sostuvo Silva.
Los dirigentes del sector señalan que las sanciones municipales son “exageradas”, como la del decomiso de las matrículas, que se aplica en casos de reincidencia en las faltas.
Los conductores hicieron destrozos en un vehículo municipal y azotaron a varios conductores que, pese a la huelga, trataron de cumplir con el servicio del transporte, según varios medios.
Los autobuses municipales Puma Katari y los teleféricos manejados por el Gobierno ayudaron a paliar la escasez del transporte.