Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cerraron en agosto una negociación de casi 4 años en Cuba con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos para acabar con una confrontación que dejó 220.000 muertos y millones de desplazados. Como parte del pacto de paz, la guerrilla se comprometió a pedir perdón a las víctimas y a sus familias por los crímenes cometidos y a asumir el compromiso de no repetirlos. “En esta perspectiva queremos reconocer, con sentimiento de humanidad y reconciliación, que en desenvolvimiento del conflicto las FARC también causamos un gran dolor con la retención de personas por razones económicas”, dijo el jefe del equipo negociador de las FARC. “Tal conducta, aunque siempre tuvo el propósito de sustentar las necesidades de la rebelión, terminó lacerando entornos familiares”, agregó. Las FARC suspendieron los secuestros extorsivos en febrero del 2012, antes de iniciar la negociación de paz con el Gobierno. reuters