Por Elías Cabral
CURUGUATY
Cuatro guardias de seguridad de la estancia Pindó, incluido el jefe de los mismos, el comisario retirado Nazario Portelli, declararon ante el Ministerio Público, ayer, con relación al ataque al establecimiento; además de ratificarse en la cantidad de hombres armados que atropellaron la estancia, reconocieron a cuatro de ellos.
Portelli declaró haber identificado a Domingo Coronel, Milciades Coronel, Arnelo Ávalos y Epifanio González, quienes portaban, según dijo, armas en el momento del ataque. Inclusive, uno de los atacantes de apellido Coronel se identificó diciendo su nombre a uno de los personales de seguridad en el momento en que lo redujeron, aseguró Portelli.
El policía retirado aclaró también que no todos estaban armados; sí una gran cantidad, como el 70 por ciento. Igualmente, dijo que lo despojaron de la suma de un millón de guaraníes que tenía en el bolsillo del pantalón y lo amenazaron con matarlo.
Inicialmente se había informado que los atacantes de la estancia Pindó, ubicada en la colonia Naranjito, distrito de Ybyrarobana, estaban encapuchados. Los empleados encargados de la seguridad se ratificaron en que los atacantes estaban en cantidad aproximada de 150 personas, portaban armas largas y vestían uniformes de camuflaje para’i.
Los sintierras estaban supuestamente en el grupo y no utilizaron capucha. "¿Quién dijo que todos estaban con capucha? Algunos estaban a cara descubierta”, remarcó, sorprendido, el ex policía cuando fue consultado sobre su declaración en la Fiscalía.
Portelli aseguró además que estas personas pertenecerían a la Organización de Lucha por la Tierra (OLT), porque logró ver la bandera con la insignia de dicha organización. Además, son vecinos del asentamiento que ocupan dentro del inmueble, a metros de la estancia, indicó.
Por otra parte, Juan Villasanti y Humberto Rodrigo Riveros Blanco, personales de seguridad que lograron escapar al ver la cantidad de personas que ingresaban al retiro, declararon los momentos de tensión que les tocó vivir. Observaron cómo eran reducidos sus compañeros y era quemada la vivienda utilizada por el administrador del establecimiento. Posteriormente, de la misma manera procedieron a quemar la otra casa, el depósito y la camioneta Nissan Frontier.
Dijeron que los atacantes hicieron explotar petardos y gritaron "¡ataque!” al iniciar la incursión. De acuerdo con el reporte del gerente de la estancia, el doctor Wilton Soroka, la pérdida en estos últimos tres años de invasión alcanza el millón de dólares.